Antes que nada quiero darles la bienvenida, muchas gracias por visitarme y leer esta historia, la que tanto disfruté escribiendo.

Nada podría hacer para agradecérselo,

Pablo Sanz.


Disclaimer

Los Personajes de esta historia no me pertenecen. Son propiedad de la señora Stephenie Meyer, autora de la Saga Crepúsculo, y por lo tanto, esta novela es solamente un Fan Fiction de mi autoría, que no guarda relación alguna con ella o cualquier otra cosa referente a su persona.
Aclaro esto, para evitar malos entendidos.

Seguidores

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Capitulo Once: Juego de Dones



Siempre digo lo mismo, es que no puedo evitar agradecerles por todo!!!!

Espero disfruten este nuevo capítulo!!!

Creo que una buena frase para resumirlo es:

"Girls just wanna have fun"

Do you Think??

jajaja!

Los quiero chicos!

No lo olviden!!!


Juego de Dones

La tarde transcurrió demasiado rápido.

Luego de que cada uno de nosotros terminó de hablar, nos sentimos desnudos, sumamente vulnerables.

Su historia había logrado calarme muy hondo en el alma, y de repente, me encontré triste por su causa. Era algo mucho más fuerte de lo que hubiera podido imaginar.

Observé sus rostros con deliberada atención. Las palabras que cruzábamos en ese momento eran mínimos, las justas como para no crear silencios incómodos.

Tenía miles de preguntas para hacerles.

Quería saber todo acerca de ellos. ¿Dónde habían estado, donde vivían, si conocían a otro clan vegetariano? muchas preguntas que se arremolinaban en mi cabeza.

El sol se fue deslizando camino al oeste, con una rapidez rayana en la locura. Me pareció, entonces, que las horas pasaban cuan minutos.

– ¿Qué han hecho de su vida todo este tiempo? – Pregunté en el algún momento de esa tarde.

– Eso es largo de contar, también. – Dijo Malenne, cuya actitud había cambiado desde que llegamos a ese claro. Ahora estaba relajada, e incluso me trataba con delicadeza.

– Hemos estado por todos lados, Renesmee. – Contestó luego Raphael. – Conocemos todo el mundo.

– Eso es genial. – Convine. – Yo no conozco demasiado ningún lugar. He ido un par de veces a Sudamérica, y también a Europa, pero nada más.

Malenne sonrió.

– No te pierdes de nada. El mundo no es gran cosa cuando no tienes con quien compartirlo. – Musitó.

– La verdad me siento alagado por tu comentario, hermana. – Gruñó Raphael, visiblemente ofendido.

Ella sonrió y se acercó para besarle tiernamente la mejilla.

– Sabes, tonto, que no quise ofenderte al decir eso. – Dijo al final.

Él también sonrió, y tomó fuertemente la mano de Malenne. Era fácil ver que se querían mucho.

– Es bueno que se lleven tan bien. – Comenté ante la escena.

– Claro que nos llevamos bien, es todo cuanto tenemos en el mundo. Al otro. – Dijo Raphael.

En ese momento, Malenne bajó la vista hacía mi mano. Pude darme cuenta que se percató de lo que todo el mundo veían en ella.

– ¿Tienes novio? – Preguntó entonces. Lo que esperaba.

– Sí, aunque en realidad estoy comprometida. Por eso el anillo. – Dije.

Ella estiró su brazo, ahora con mucha más confianza que antes. Tomó mi mano, y su gélido contacto, algo a lo que estaba infinitamente acostumbrada, impactó en mi calida piel.

– Es un anillo muy bonito. – Sentenció al final de su observación.

– ¿Él sabe lo que eres? – Inquirió Raphael. – ¿O es uno de nosotros?

¿Debía contarles que Jacob era un hombre lobo?

– No es vampiro, pero tampoco es humano. – Susurré entonces, decidida a decir la verdad.

Nuevamente sus rostros se confundieron.

– Es un hombre lobo... – Confesé.

Sus ojos se abrieron hasta lo imposible.

– ¿Todavía existen? ¿Aquí en América? – Preguntó Malenne, alterada.

– En realidad, no he utilizado la palabra correcta. Es un metamorfo, que se convierte en lobo. – Expliqué. – No se transforma solo en luna llena, sino cuando lo desea.

Ambos procesaron lo que acaba de decir.

– Se ve que tu vida es mucho más interesante de lo que nos has contado. – Dijo Raphael sonriendo.

– Solo un poco. – Contesté.

– En cualquier caso, metamorfo u hombre lobo, ¿Cómo se llama tu novio? – Quiso saber Malenne.

– Jacob. Jacob Back. – Dije.

– ¿Cómo lo conociste? – Preguntó ella.

– Esa es otra historia muy larga... – Comencé.

Raphael y Malenne respondían a mis preguntas con total fluidez, y las suyas sonaban tan curiosas y entusiastas como las mías.

Terminada esa tertulia, no quedaba mucho que contarnos. O por lo menos, no de mi parte.

A medida que se acercaba el momento de marcharnos, me fui poniendo más tensa, pues de verdad estaba a gusto con ellos.

Fue difícil despedirme una vez que la luz del sol mortecino desapareció en el horizonte. Luego de esa tarde de confesiones, volvimos con una deliberada lentitud hacia los alrededores de la Universidad de Alaska. Cuando llegamos al campus, la oscuridad era total.

Nuestros gestos de despedida fueron más bien muecas que otra cosa.

– ¿Volveré a verlos? – Pregunté.

– Siempre que tú lo desees, claro. Nosotros somos de aquí, y estamos inscriptos en esta universidad. Por el momento no tenemos motivos para marcharnos. – Contestó Raphael antes de sonreír mostrando los dientes impecables.

– Entonces espero verlos mañana. – Dije.

– Nosotros también, creo que será fascinante tenerte por aquí, hermosa Reneesme. – Y dicho esto, el vampiro tomó mi mano y la besó como en las viejas películas de época. Tal vez se debía a que él había crecido en una sociedad en la que hacer eso era habitual.

El gesto fue bonito, y logró sonrojarme.

Luego se dieron vuelta y corrieron hacía el este. Sus siluetas esbeltas se alejaron a una velocidad vertiginosa. Me quedé allí parada unos cuantos minutos. Observando la dirección en la que se habían alejado.

Otro día cargado de adrenalina.

Otro día en el que terminaba exhausta.

Comencé a caminar por los senderos adoquinados que bordeaban los parques de la universidad. Era algo que necesitaba. A medida que me sumergía en la oscuridad de la noche, más extraordinario me pareció el giro de los acontecimientos.

¿Como terminaba una semivampira de Forks conociendo a dos vampiros como Raphael y Malenne en Juneau? No sabía con exactitud la hora que era, y cuando emergí de mi ensimismamiento, tampoco tenía la certeza de en que parte del campus me encontraba.

Con todo y eso, regresé hacia el estacionamiento lo más rápido que me dieron las piernas. La noche era cerrada. Las estrellas no se dejaban ver en cielo.

No es que temiera por mi propia seguridad, para nada. Era completamente capaz de defenderme de cualquier humano que intentara atacarme por ese inmenso parque. Pero no hubiera estado bien visto por nadie si me encontraban merodeando por el campus a esas horas de la noche. No necesitaba mala publicidad en aquel lugar. Ningún tipo de publicidad, a decir verdad.

Y menos en momentos como aquellos.

Me tomó un minuto recordar donde había estacionado mi coche. Y di una corta vuelta por el estacionamiento, hasta que localicé mi descapotable.

Enganchado en el limpiaparabrisas, había una nota escrita en papel de cuaderno.

Este fue un comienzo de lo más interesante.

Realmente espero seguir así en el futuro.

No solo yo, también mi hermana.

Desde ya, muchas gracias por escucharnos.

Esperamos no haberte asustado demasiado hoy al mediodía.

Raphael

Tuve que sonreír, el detalle me había parecido muy tierno. La letra era impecable. Trazos fuertes y decididos.

Tomé el papel de su lugar y lo guardé en el bolsillo de mi bolso. El motor se puso en marcha con el menor esfuerzo de mi mano al girar las llaves. Salí por el gran portón de hierro forjado del campus y llegué a casa con una velocidad única. Esta vez, decidida a dormir unas cuantas horas. Las necesitaba.

Solo por seguridad, cerré todo con llave. Aunque claro, no es que eso pudiera detener a alguien. No por lo menos a quienes podrían atemorizarme.

Luego razoné una vez más. Tal y cual lo había hecho la noche anterior. Sin embargo, hoy algo era diferente. Hoy los conocía. Habían dejado de ser del todo desconocidos.

Ahora, por lo menos, contaba con algo de información.

Y en ese mismo momento me di cuenta de que lo que me había pasado era un golpe de buena suerte. ¿Como no creer en eso, cuando toda mi vida había estado rodeada de circunstancias que me daban la razón? Ahora que había superado mi depresión, me daba cuenta de que siempre después de una tormenta el sol asoma entre las nubes.

Ahora podía darme cuenta que tenía suerte de haber tenido los padres que tenía, suerte por tener la familia más cariñosa. Suerte por haber sobrevivido a los Vulturis, suerte por los amigos que había conseguido en el proceso. Y también suerte por tener a mi Jacob.

No tenía nada que lamentarme, y los tiempos de tormentas habían quedado atrás, junto con la Renesmee llorosa que se arrepentía de sus decisiones.

Tenía que aceptar este giro de acontecimientos como algo bueno.

Eso es lo que era. Un regalo. Aunque mi mente tenía ciertas pautas que resolver antes de poder ponerme del todo contenta por los acontecimientos.

Dejé a mi cerebro gravitar por el cosmos, hasta que el sueño me alcanzó. Por suerte las pesadillas de la noche anterior no me alcanzaron. Esta vez, los ángeles de mis sueños se mantuvieron inmaculados, tanto en gracia como en bondad. Sabía que no eran máscaras. Que así se iban a quedar.

Era tan solo un presentimiento.

Pero eso me bastaba. Por ahora.

La semana siguiente al encuentro con Malenne y Raphael fue un tanto confusa. Primero porque fue algo que jamás, bajo ningún concepto, me hubiera esperado. Segundo, porque a pesar de ser simplemente vampiros, eran tan distintos a los que conocía, que pensaba en ellos como seres fantásticos, y tenía miedo de que se evaporaran en mi presencia de un momento a otro. Y tercero, claro, porque me resultó increíblemente fácil comenzar a quererles.

Cada uno de ellos era un misterio completamente difícil de descubrir. Por una parte, tenían esa franqueza que tanto me gustaba en las personas, pero también ese dejo de misterio que solo lograba ponerme más ansiosa, y que me producía una verdadera ganas de desentrañar los misterios que los envolvían.

Por algún motivo en especial, que desconocía, decidí no informar a mis padres acerca de mis nuevos allegados. No estaba del todo segura acerca de cómo iban a reaccionar, por lo que me pareció más sensato evitar la cuestión.

Luego pensé en la rápida aceptación que nos habíamos tenido. Una vez que le expliqué mi historia se mostraron completamente pacíficos. Y la verdad, a mí nunca me habían causado un miedo atroz. Solo estaba preocupada cuando los vi por primera vez. Tal vez las cosas me habían salido demasiado bien.

O era otra la cuestión. ¿Era mi otro “Don” lo que había logrado que ellos no sintieran rechazo ante algo con lo que jamás se habían topado?

Mi padre tenía la teoría de que yo contaba con dos dones. Que había invertido lo que él era capaz de hacer. Él leía los pensamientos de las personas, los sacaba de su mente. Yo era capaz de introducir mis pensamientos, mis emociones, imágenes que había visto o imaginado, en la mente de quien me rodeara.

Mi madre era capaz de protegerse de los poderes mentales de los otros inmortales. No dejaba entrar a nadie. Entonces yo… no los dejaba salir…

¿Qué significaba eso exactamente?

¿Quería decir que nadie se podía resistir a mí una vez que me proponía conquistarlo de alguna manera? ¿Quedaban atrapados en mi “escudo”?. Si la teoría de los dos dones era cierta… ¿Qué otra clase de don poseía?

Cuando me percaté de que estaba analizando la situación en exceso, tomé la decisión de relajarme y ver como se desenvolvían las cosas. A esas alturas del partido, consideré que no corría un peligro demasiado grande. Si la situación se me iba de las manos, huiría.

Pero no estaba preocupada.

Las cosas iban a marchar excelentemente bien.

Pasados los días, fui descubriendo varias cosas sobre Malenne y Raphael, cosas naturales, que se descubren al relacionarse con las personas.

Raphael era brillante, sagas y un tanto arrogante. Una persona completamente segura de sus acciones. Las personas no se giraban a mirarlo tan solo porque era hermoso rozando lo imposible, sino porque cada una de sus respuestas era acompañada de un razonamiento impecable y certero. Era difícil llevarle la contra. Una de las razones era porque su voz lograba confundirte cuando se apasionaba con lo que decía. Tampoco podías mirarlo a los ojos, ya que era otra fuente completa de distracción, con ese color dorado brillante. Los profesores lo miraban con admiración, envidia y cierto recelo. Las profesoras lo adoraban y en más de una de esas mujeres mayores, se podía leer el deseo en la expresión. Ciertamente, según parecía, esto último había pasado unas cuantas veces. Las profesoras no podían resistirse al encanto que ese chico destilaba. Aunque claro, Raph manejaba esas situaciones la mar de bien. Con toda la sutileza de la que era capaz.

Aunque claro, había ciertas veces, según me contó, en la que la siguiente nota de algún ensayo resultaba ser notoriamente baja.

Malenne resultaba encantadora una vez que lograbas conocerla lo necesario.

Comenzó a acompañarme a clases, o hablar bastante en las que compartíamos. Me resultó grato saber que no tenía ningún tipo de problema conmigo.

En ningún momento siguiente a nuestra conversación del bosque, fue agresiva u hostil. De hecho se portó increíblemente generosa conmigo.

Una de las palabras que podía describirla era “Fabulosa”. No solo por su belleza de sirena, sino también porque era una chica típica de 22 años, al menos en los mas superficial de los aspectos. Vestía increíblemente bien. Combinaba cada una de las prendas que vestía. Sus curvas resultaban algo exuberantes para su pequeña talle y su cintura minúscula. El contraste entre esas cualidades de su esbelto cuerpo, conseguían que resultara mareante verla cuando se vestía con conjuntos ceñidos, diseñados para provocar. A partir de que empezó a cursar, y durante todo el semestre que compartimos como compañeras de clases, jamás la vi repetir una sola prenda de vestir.

Las cabezas giraban conforme avanzaba por los corredores. Y se escuchaban los suspiros de los chicos. O tal vez solo nosotras, con nuestros agudos oídos, podíamos.

– Deberías sentirte alagada… Mallie, estos chicos estarían deseosos de que clavaras tus colmillos es sus cuellos. – Reímos las dos. Y solo lográbamos más atención de los demás.

– Gracias Nessie, pero no creo que solo yo esté atrayendo sus miradas. Me imagino que sabrás que también eres hermosa. Aunque claro, tal vez no tanto como yo. – Rió una vez más, antes de guiñarme un ojo. Estaba bromeando conmigo. El sonido de campanas doradas se expandió por todo el pasillo que recorríamos.

Me uní a sus risas.

– Estoy mintiendo, Nessie. – Dijo luego de que paramos. – Eres sumamente hermosa. Más que cualquier inmortal que haya visto jamás... – Observó mi rostro con detenimiento. – Llamas increíblemente la atención de todos.

– Puede ser… gracias Malenne. – No buscaba atención, eso era claro. Pero igualmente le sonreí, porque me gustaba que nos lleváramos así de bien. Tal vez pensó que no le creía, porque agregó.

– Es totalmente cierto lo que digo, Renesmee. Me encantaría ser tan alta como tu, tener ese cabello ondulado perfecto. O por lo menos unos ojos normales, como los tuyos. De ese color marrón tan bonito.

Seguimos deambulando por todo el edificio, camino a cumplir con nuestras diversas tareas de universitarias.

En esos aspectos, y en algunos otros, Malenne me recordaba a Rosalie. La vampiresa parecía completamente segura de sí misma. Y también, por su manía con respecto a la ropa, me recordó a Alice. Era como si Mallie fuera un equilibrio entre mis tías, esas mujeres que tanto admiraba.

Conforme pasaban los días, más estrecho me pareció el vínculo que nos unía. Y eso me hizo sentir muy bien, a gusto.

La razón por la que nunca me los había cruzado en el campus hasta ese momento fue porque ellos se encontraban de viaje. Habían partido hacia Anchorage unos días antes de que yo me incorporara a las clases, y recién había vuelto la noche anterior a nuestro encuentro.

Su residencia permanente era en Douglas, cuidad vecina de Juneau, unos cuantos kilómetros al suroeste. Se movilizaban desde la cuidad vecina en auto.

Según me contaron, también tenían montones de dinero. Una de las razones era porque la casa que una vez había sido suya en Francia, fue vendida a una gran cantidad varios años después de que la abandonaran. Se habían presentado como los primos de la familia. Conforme pasaban los años, y adquirían oro y joyas, la pequeña fortuna que ganaron con la venta del inmueble, se convirtió en algo más sustentable a principios del siglo XX. Invirtieron el dinero, y los intereses, acumulados luego de casi cien años, habían culminado en una fortuna enorme de cientos de millones de dólares.

¿Es que acaso todos los vampiros de mundo tenían tantas cantidades de dinero?

Recordé una de las frases de Raphael:

– Las fortunas más grandes de este mundo pertenecen a vampiros, Renesmee. Solo uno de los nuestro puede tener la inteligencia y la paciencia para esperar que los buenos negocios saquen grandes provechos.

También, me dijeron que tenían varios intereses en Alaska. Grandes sumas de dineros colocadas en la minería y la pesca. Era complicado para ellos participar de las acciones directas, ya que al tener una apariencia tan joven, rara vez los empresarios querían hacer negocios con ellos. De todos modos, contaban con una cantidad importante de abogados y representantes legales, que se ocupaban de mantener a flote el imperio Blancquerts. Lo cierto es que, también, disponían de varios nombres con los cuales identificarse. Al igual que los Cullen, los Blancquerts debían pasar desapercibidos a como de lugar.

Todas esas coincidencias entre nuestras familias me llenaron de dudas. Era extraño, aunque ya me lo había preguntado en el pasado, ¿Cómo era posible esa completa ignorancia por parte nuestra o de ellos, de la existencia de otro clan con tantas similitudes? Incluso era más extraño aún, que no conocieran a Tanya, Kate, Garret, Carmen o Eleazar… estando Douglas y Juneau bastante más cerca de Denali de lo que estaba Forks.

No tardé demasiado en poner en preguntas todas mis dudas, y sus respuestas lograron calmar mis dudas.

– Nessie, la razón es que nosotros jamás hemos intentado hacer sociales con nadie. Hemos pasado mucho tiempo en Europa, y desde que la abandonamos, jamás hemos intentado conocer a otros vampiros. – Me había dicho Raph – Quiero decir, llevamos solos doscientos años. Claro, nos hemos encontrado con varios nómadas a lo largo de nuestros viajes y muchas otras cosas más.

Hemos vuelto a América hace solo cinco años, y la verdad no recuerdo haberme topado en ningún momento con el rastro de algún otro vampiro por aquí. Y si lo hice, jamás lo seguí. La última vez que estuvimos en Juneau fue hace sesenta y siete años. Nuestra morada en Douglas esta bastante bien escondida, y nunca hemos recibido intrusión alguna. Además no hacemos mucha más vida publica aparte de la de la universidad.

– No somos seres malvados, Reneesme. No queríamos hacerte daño cuando eras una desconocida, y mucho menos ahora que sabemos la clase de persona que eres…– Admitió Malenne. La sonrisa seguida de esa afirmación terminó de convencerme.

– Además, los vampiros no formamos parte de un club en el que todos nos conocemos. – Agregó Raphael tomándome el pelo. – No me resultaría extraño no saber de alguien de las inmediaciones.

Eso solo me hizo llegar a una conclusión. No había peligro alguno en su compañía.

Por consiguiente, las semanas pasaron, esta vez con mayor rapidez, y en completa armonía y diversión. Manejaba mis tiempos a consciencia y no descuidé la universidad en ningún momento, aunque también, pasaba mucho tiempo con los hermanos. Todos los mediodías solía almorzar con Michelle, y claro, para que no sospechara, continuaba comiendo mi fiel ensalada, esta vez, inventando la excusa de que estaba a dieta.

Era divertido pasar tiempo con ella, en ese mundo humano donde los problemas son, la mayoría de las veces, fáciles de resolver. Aunque cuando estaba con Raphael y Malenne, Miche solo movía tímidamente su mano haciendo un gesto de saludo.

No tarde en interrogarla con respecto a su comportamiento taciturno cuando me encontraba con mis nuevos amigos. Estábamos almorzando, como siempre, en la cafetería del campus. Le pregunté la causa de su indiferencia y solo pudo contestarme una cosa.

– Lo siento, Nessie. Lo que pasa es que esos chicos son tan hermosos… quiero decir, ¿Has visto lo que es Raphael Blancquarts? ¡Perfecto! Tal vez tú, que eres igual o más hermosa que ellos, no desentones, pero a mi me resulta intimidante siquiera estar en la misma habitación que ellos. No es nada contra ti, de veras. Sabes lo mucho que me agradas. Y me encanta almorzar contigo. Pero por favor no me pidas que me incluya a su grupo. Me daría un ataque de pánico. – Sus palabras, generalmente firmes, salieron todas atropelladas.

Era extraño ver a Michelle en esa posición, ya que me había parecido siempre una persona de lo más seguro. Además, ella había sido la única que desde el primer momento que pisé Alaska, no había elegido simplemente observarme como tonta. Ella había sido amable.

Auque claro, estar en presencia de Malenne podía hacer perder varios puntos de autoestima a cualquier chica. A diferencia de mí, la vampiresa no hacía nada por ocultar su belleza. Por el contrario, parecía intentar hacerla resaltar entre todo lo demás. Esa era la forma de ser de mi nueva amiga. Le encantaba su hermosura.

A partir de entonces dejé de intentar incluir a Michelle en la ecuación de amigos que intentaba lograr. Les había consultado antes a Raphael y a Malenne que les parecía si la invitaba a formar parte del grupo. Me habían dicho que no tenían problema alguno, lo que igualmente me pareció que lo decían como deferencia a mí, y no tanto porque realmente lo quisieran.

Por lo que la próxima vez que estuvimos solos, sentados a la sombra de uno de los árboles del parque universitario, no dudé en preguntarles algo.

– ¿Les cuesta relacionarse con humanos? – Las palabras me salieron algo atropelladas, ya que estaba un poco nerviosa al hacer la pregunta.

– ¿Por qué lo dices? ¿Acaso no estamos aquí, rodeados de humanos? Nosotros, que somos vampiros. – Respondió Mallie, algo confusa con la pregunta.

– Es que me pareció eso, ya que cuando les hablé de Michelle me pareció que aceptaban más por mí, que por la idea de entablar con ella una relación.

– Sí, bueno, es que en realidad lo hacíamos por eso. No nos malinterpretes, no tenemos nada contra los humanos. – Sonrió Raph. – Solo es que no estamos acostumbrados a relacionarnos con ellos. Preferimos poner nuestras energías en no matarlos. – Se carcajeó ante mi cara, en completa complicidad.

– Muy gracioso, señor Blancquarts. – Le dije. – No es necesario que seas tan cómico. Solo estaba preguntando porque eran así.

– Igualmente, Nessie, si solemos relacionarnos con humanos, solo que no lo hacemos aquí. Con Raphael tenemos un pequeño pasatiempo la mar de divertido. – Me confió Mallie.

– Ah, ¿Si? ¿Y de que viene ese pasatiempo? – Pregunté intrigada

– ¿Has estado alguna vez en una disco? – Preguntó ella con los ojos entrecerrados, esperando la obvia respuesta.

– No. Claro que no. Las he visto en la televisión, pero jamás he estado en una. – Le respondí en el acto.

– Bueno, nosotros solemos ir a una que esta muy cerca de aquí. Su nombre es “Eternidad”. – Ya le costaba bastante trabajo contener la risa.

Claro, el solo el nombre denotaba toda una broma para nosotros.

– ¿Y ese es el lugar que eligen para relacionarse con humanos? – Mi naturaleza curiosa entró en acción al instante. – Cuéntenme, ¿Qué hacen con los humanos allí?

– Nada malo, solo jugamos con ellos – Se defendió Raph. – No los lastimamos. – Aclaró al ver como se iba tornando mi expresión.

– ¿Y que quieres decir con “Jugar con ellos”? – Me contaba un poco mantener la calma. Y tal vez lo notaron, porque se pusieron completamente a la defensiva.

– Solo los atraemos hacia nosotros… los provocamos. Nada malo, Nessie. Te lo prometemos. Puedes venir con nosotros si quieres. Este viernes. Sino quieres que lo hagamos solo podríamos salir a bailar, como adolescentes normales.

– ¿Cómo adolescentes normales? – Repetí. – Si... Vale… – Y comencé a reírme con verdaderas ganas.

– Bueno… solo era una idea – Los dos se unieron a mis risas. Estuvimos allí sentados hasta bien entrada la tarde.

Esa rutina se tornó una de mis favoritas. Fue demasiado fácil acostumbrarme a Malenne y a Raphael. Cada noche en la que dormía, me despertaba con las ganas de encontrarme con ellos en el campus. Pronto, comenzamos a armar nuestros horarios juntos, para que coincidiéramos en la mayoría de las clases. Obviamente, reserve una cátedra para compartir con mi amiga humana. Con ella disfrutaba, aparte de los almuerzos, los domingos. Tomábamos el té o chocolate caliente y luego partíamos hacia el centro comercial, tal y cual habíamos hecho la primera tarde que pasamos juntas.

Las semanas pasaron, y nuestros planes de ir a “Eternidad” se pospusieron por un tiempo indefinido.

Una noche de sábado, me encontraba en casa hablando con mi padre.

– Sí papá todo marcha bien. Está todo bajo control-. Le decía.

– Espero que sí, amor. Ya se acercan las vacaciones de semana santa, imagino que vendrás con nosotros ¿no? – Me decía desde el otro lado del auricular.

– Desde luego papá, además no tengo otro lugar a donde ir. – Reí.

– Cualquiera estaría contento de recibirte, princesa. – Contesto cariñosamente.

– Gracias papá, debo irme, tengo montones de cosas para estudiar. Mándales cariños a todos, en especial a Jacob. – Mi voz se volvió pastosa repentinamente, cargada de toda la culpa que sentía por el dolor de mi prometido.

– Jake es fuerte, Nessie, – Dijo al percatarse de mi tono. – Se encuentra bien, aunque claro, ansía tu regreso casi tanto como tu madre y yo.

– No falta mucho, papá, pronto estaré en casa, y cuando se quieran dar cuenta, estaremos juntos de nuevo.

– Espero que sí, mi niña, así lo ansío. No te molestaré más hija. Te dejo, recuerda llamarnos, por favor, o a tu madre le agarrará un ataque de nervios.

Reí de nuevo.

– Vale, papá. Adiós. Nos mantendremos en contacto-. Me despedí.

Corté. Apoyé el celular en la mesa del salón de estudio.

Había veces en las que el departamento me resultaba demasiado grande. Esta era una de esas ocasiones.

Adentro hacía un calor delicioso, en contraste con la ventisca helada que soplaba afuera. Tendría que sacar del armario algunos de los abrigos gruesos que había comprado. No es que los necesitara, pero había que guardar las apariencias. Si salía con una blusa en lo más crudo del invierno, la gente sospecharía que algo iba mal en mí.

Concentrada en la lectura del apunte que debía memorizar, tardé un poco más de lo habitual en responder al ruido que escuché en la ventana.

En una décima de segundo, me encontraba completamente alerta y agazapada, lista para defenderme de cualquier cosa que quisiera atacarme. Agudicé aun más el oído, para captar con mayor rapidez lo que me acechaba. Lentamente, comencé a recorrer el trayecto del estudio hacia el salón comedor, donde se encontraba la ventana más grande del departamento. Mis sentidos estaban totalmente alertas, pendientes del mínimo cambio en el ambiente. El único ruido que fui capaz de percibir, fue el de mis pasos. Con toda determinación, doble la esquina que separaba la estancia del resto del inmueble.

Sobre el sofá, sentados a sus anchas, cada uno en una esquina, se encontraban Raphael y Malenne.

Me relajé inmediatamente.

– Pero si casi me han matado del susto, chicos, ¿No era más fácil llamar a la puerta?

Se miraron uno al otro y respondieron a unísono.

– ¡No!

Bufé. Nunca iban a parar de sorprenderme.

Raphael había tomado el mando a distancia y estaba haciendo zapping con el televisor. Aunque no parecía prestarle mayor importancia a ningún programa en especial. Me miró fijo a los ojos y me dedicó la más brillante de las sonrisas, seguida de un guiño de ojo.

– Vamos, Nessie, no te enojes, no queríamos asustarte. – Susurró.

– Perdón, Rennie, de verdad que no era nuestra intención. – Dijo Malenne y corrió a darme un fuerte abrazo.

– Vale, vale, están perdonados. – Puse los ojos en blanco. Resultaban tan niños a veces…

– Bueno… ¿Y cual es nuestro plan esta noche? – Dijo Raph.

– ¿Plan? El mío es estudiar toda la noche, tenemos examen el martes ¿Recuerdan?

– ¡Bah! Los exámenes de Stella Smith son la mar de fáciles, Nessie. De verdad no necesitas estudiar. A-C-D-A-C-B-B-C-D-A-A-B…

– No quiero las respuestas, Malenne. Puedo arreglármelas bien yo solita. – La frené un tanto irritada.

– Bueno entonces salgamos… Anda, vamos a “Eternidad”. Nos divertiremos. – Suplicó la hermosa vampira rubia. Fue difícil resistirse cuando me miró con esa cara de cachorro y con sus profundos ojos dorados. Igualmente me hice un poco la difícil.

No quería que supieran que era tan fácil de convencer.

– Vamos, Nessie, de verdad, te divertirás…– Me pidió Raphael.

– Está bien, está bien. Vamos. Pero tendrán que esperar que me cambie. No puedo ir en estas fachas.

Las sonrisas de ambos frente a mi aceptación me encandilaron. Era algo a lo que uno difícilmente podía acostumbrarse.

Fui corriendo hacia mi habitación. Ya sabía que podía ponerme. Tomé la olvidada caja que había ordenado en mi armario tantas semanas antes. El vestido azul estaba tal cual lo había dejado. Había olvidado lo hermoso que era. Me tomó un segundo ponérmelo. Analicé mi reflejo en el enorme espejo de mi baño. No estaba para nada mal. Tomé algo de maquillaje. A diferencia de mis tías y mi madre, el maquillaje se quedaba fijo en mi rostro. La diferencia era que yo no tenía ponzoña, por lo que nada en mi cuerpo reaccionaba en forma agresiva contra cosa alguna que le pusiera. Incluso podía ponerme lentes de contacto, si así lo quisiera, pues nada los disolvería. Pero siempre me han gustado mis ojos.

Siempre los consideré algo importante de lo que era.

Incluso había algo más que podía hacer dado que no tenía veneno. Podía alimentarme de humanos sin la necesidad de matarlos. Podía tomar la suficiente sangre para saciar mi sed y luego dejarlo vivo. Cosa que ningún vampiro podría hacer. Si un inmortal se detenía en mitad de su caza, el humano se transformaba en vampiro. Y yo no podía crear a otro inmortal.

Delineé mis ojos con un lápiz negro, por lo que resaltaban por encima de mi anguloso rostro. Nunca había usado perfume, jamás me gustó. Tomé los zapatos de tacón aguja más alto que tenía. El color azul zafiro combinaba increíblemente bien con el tono azul eléctrico del vestido.

Estaba lista.

Salí de mi habitación preparada para tan interesante velada, aunque debía admitir que estaba nerviosa. Jamás había estado en algún lugar como al que estaba por dirigirme. Estaba segura que no sería un lugar tranquilo para ir a tomar una copa. Conociendo a los hermanos Blancquarts podía asegurar que estaría lleno de humanos ebrios y mala música a todo volumen.

La respuesta de los chicos ante mi atuendo fue satisfactoria.

Raphael se quedó pasmado. Me miró durante unos segundos y solo pudo decir que me veía “estupenda”.

Vaya cumplido.

Malenne sonrió y se acerco para tomarme las manos: “¡No podrías estar más perfecta!”

Evalué su atuendo. Ella siempre estaba despampanante. En esta ocasión vestía un corsé de cuero negro que resaltaba lo voluminoso de su escote. Los combinaba con una falda también negra, que le llegaba un poco más arriba de las rodillas. El conjunto resultaba de lo más intimidante. Aunque a ella le quedaba perfecto. Estaba hermosa, como siempre.

– Tu también Malenne. Estas esplendida. – Le dije.

– Gracias, pero esta es tu noche. Te llevaremos a un lugar realmente divertido.

– Creo que ya deberíamos irnos. Se nos hace tarde. – Informo Raph. Él también estaba inalcanzablemente hermoso. Vestía una camisa azul, prácticamente del mismo tono que mi vestido, y unos pantalones blancos que le quedaban fantásticos.

– ¿Pero por donde creen que van? – Los interrumpí cuando vi que salían al bacón de la ventana.

– El auto está aquí abajo. – Se quejó Mallie.

– Son las dos de la mañana, Nessie. Nadie nos verá, anda… ¿Hace cuando que no saltas edificios o lugares altos…? Te relajará. – Dijo Raph.

No se porque les hice caso, pero terminamos saltando por la ventana del edificio. La sensación, tal cual dijo Raphael, fue de lo más vigorizarte.

Tomamos su auto, un BMW M6, descapotable, negro e increíblemente hermoso, y partimos hacia “Eternidad”. No nos demoramos mucho, ya que a Malenne, que era la que conducía, le gustaba la velocidad, y pese a encontrarnos a casi cincuenta kilómetros de la discoteca, estuvimos en la puerta en menos de veinte minutos.

Como era de esperarse, el lugar estaba atestado de humanos. A la izquierda de una gran puerta negra, estaba una cola de cerca de cien chicos, preparados para entrar. Pegado a la entrada, había dos hombres de una talla inmensa, muy altos y extremadamente anchos.

Bajamos del coche, y yo me dirigí hacia el extremo final de la cola, preparada para esperar nuestro turno, pero Malenne me tomó del brazo y me arrastró hacia donde estaban los hombres inmensos.

– Señor y Señorita De la Coure que gusto verlos por aquí de nuevo. – Dijo uno de ellos en cuanto vio a Malenne y a Raphael. – Veo que vienen acompañados esta vez. Pero que exquisita doncella. – El hombre me dedicó una mirada evaluativo. Suspiró e hizo una corta reverencia. Luego se movió, dejándonos pasar antes que todos los demás.

– No necesitas hacer cola cuando eres un De la Coure. – Dijo Malenne sonriendo y guiñándome un ojo después.

Desde luego, a nuestras espaldas dejamos a gente abucheándonos por nuestra colosal colada.

Adentro la música sonaba a todo volumen. El lugar estaba completamente lleno. Parecía ser el lugar de moda, pues muchos de mis compañeros de clase se encontraban allí. Reconocí muchos rostros conforme caminábamos entre la multitud. Había gente por todos lados, de a dos, tres o en grupos mucho más numerosos. El ritmo era pegajoso. Y el compás de la música invitaba a bailar. No estaba muy bien iluminado. En algunos lugares las luces de colores giraban a todo momento, reflejando un show multicolor en las paredes del lugar, y los cuerpos de los concurrentes, creando un ambiento de lo más intenso. Una enorme luz blanca iluminaba y dejaba a oscuras la gran habitación a todo momento. Aunque ni Malenne, Raphael o yo, necesitábamos claridad para poder observar bien en ese ambiente tan tenue. Había también, una gran maquina de humo en una esquina, que convertía la pista de baile en algo nebuloso. En el centro del techo, colgaban dos enormes bolas de espejos, que reflejaban todo el espectáculo de luces producido a su alrededor. Los adolescentes del lugar se encontraban completamente en su salsa. Bailaban, reían y tomaban tragos sin ninguna preocupación. No eran conscientes de que tres vampiros extremadamente fuertes habían ingresado a la disco.

Caminamos un poco, apretados entre la gente que se arremolinaba en el centro de la pista, para bailar un tema que acababa de empezar. Por el camino, resultaron evidentes las miradas que empezamos a recibir. Chicos y chicas que se detenían de su baile frenético, y nos observaban con una atención de lo más descortés. Observé entonces a mis amigos. Bajo el juego de luces, sus pieles blancas como el marfil emitían una luminosidad hipnótica. Bajé la mirada hacía mis manos, y yo también estaba brillando como ellos. No era nada que pudiera hacer pensar que no éramos humanos, más bien solo nos confería una atención mayor sobre todos los demás.

Malenne y Raphael se detuvieron en un hueco que encontraron entre la multitud danzante y comenzaron a moverse al ritmo de la música. No sabía si ponerme a bailar yo también. La danza siempre me había fascinado, pero la verdad es que bailar en ese lugar me daba algo de vergüenza. Mis amigos parecían completamente ajenos a todos los que nos rodeaban y movían sus cuerpos en una danza exquisitamente llena de gracia, que combinaba poco con los pasos dados por los otros bailarines, pero que no desentonaba del todo.

Malenne contorsionaba su esbelta cintura al compás de la música electrónica que sonaba en ese momento. Con sus brazos, revolvía su rubia cabellera, convirtiéndola en una melena dorada y salvaje, de lo más sensual. Los hombres que nos rodeaban comenzaron a observarla, pasmados ante su belleza inigualable. Las mujeres que se encontraban cerca también la miraban, con la ira y la envidia tatuadas en el rostro. No era difícil de suponer que la hermosa vampiresa les estaba robando a sus presas. En algún momento entre las observaciones que estaba haciendo, Malenne me tomó de las manos y me hizo acercarme a ella. De repente, yo también estaba bailando. Debía admitir que se sentía bien. Empecé a moverme al ritmo de la música, relajando mis hombros y mi cintura. Pronto, me encontré a mi misma protagonizando un salvaje baile sensual, junto con Malenne. Movíamos nuestros graciosos cuerpos, una muy cerca de la otra. Meneando la cintura y revolviéndonos el cabello. Conforme más rápido se volvía el ritmo de la música, más nos movíamos las dos. Cuando observé a mí alrededor, Raphael no se encontraba por ningún lugar.

– ¿Dónde está tu hermano? – Susurré al oído de mi amiga.

– Seguramente se ha ido a dar una vuelta, no le gusta estar toda la noche en el mismo lugar. – Me contestó sin parar de bailar.

El ambiente estaba saturado, calido en exceso, pero ninguna de las dos transpiraba. Desde luego, nuestros cuerpos inmortales jamás nos traicionarían así. La música no cesó en ningún momento, y cuando me quise dar cuenta, me encontraba casi tocando el frío cuerpo de mi amiga. Ambas nos estábamos rozando con los brazos. Nos miramos a los ojos, y nos reímos de nuestra belleza. Ella le dedicó una lujuriosa mirada a un muchacho que nos estaba observando con idéntica intensidad.

Así que de eso se trataba, me dije a mi misma. A eso venían a la disco. A despertar pasiones entre los adolescentes y a no hacer nada. Solo dejarlos consumirse por sus hormonas.

En otro contexto, eso me hubiera parecido algo malo. Más teniendo en cuenta mi historial. Ni siquiera había intentado despertar algo en Steven, y había reaccionado de esa forma.

Pero allí, rodeada de mi mejor amiga, consciente de que ella me apoyaba y no me abandonaría, en ese lugar donde nadie me conocía y pudiera juzgarme, me pareció divertido. Por lo que hice lo mismo con un muchacho del otro lado del círculo que habían formado los observadores, y en cuyo centro, nos encontrábamos nosotras bailando. Le dediqué una mirada de lo más sugerente. Acto seguido, volvimos a mirarnos con Malenne, esta vez cómplices de lo que acabábamos de hacer.

Con deliberad intención, volvimos más sensual nuestro baile. Meneando las cinturas y bajando hasta casi tocar el suelo, tocándonos el cuello y la cintura una a la otra. La multitud, en su mayoría conformada por público masculino, parecía estar pasándola la mar de bien. Decididas a atenuarnos, otras dos chicas muy bonitas se posicionaron al lado nuestro y comenzaron un baile muy sexy. Aunque claro, no contaban con que nosotras podíamos hacer poses mucho más elásticas que ellas. Como si fuera posible, aumentamos los movimientos de nuestras caderas, sin exagerar, obviamente. Mallie se puso de espaldas a mí y empezamos a bajar con deliberada lentitud, para que todos observaran lo elástico de nuestros cuerpos.

Me estaba comportando como una chiquilla adolescente de lo más inmadura, pero la verdad, la estaba pasando genial. No sabía por qué, pero me resultaba divertido.

Humilladas, las chicas se retiraron, conscientes de que no podrían ganarnos.

Dos muchachos estaban caminando hacia nosotras. En ese momento, Malenne se volvió hacia mí y me susurró:

– Comienza el juego… – Su sonrisa frente a tal afirmación fue deslumbrante.

Nos pusimos de espalda a los chicos que se acercaban con aire tímido, para que les contara un poco más hablarnos.

Tan solo un segundo después, sentí que alguien me tocaba el hombro. Hice un giro dramático, para rozarle la cara con mi cabellera ondulada. Al volverme por completo, me encontré con el chico, y pude admirarlo con detenimiento.

Era muy lindo. Alto, bastante más que yo. Bajo la luz rojiza de la disco, se adivinaban unos ojos de un azul profundo. El cabello, completamente negro, era ondulado y un poco rebelde. Tenía la tez pálida, algo característico en esas localidades sin mucho luz solar. Bajo su atuendo de camisa blanca y jean negros, se podía ver una complexión atlética, probablemente se ejercitaba en un gimnasio.

Se puso de frente a mí, con los brazos tiesos a los costados. Yo no deje de moverme al compás, aunque disminuí la velocidad de los movimientos. Malenne, a quien tenía de espaldas atrás de mí, fue abordada por el otro muchacho. Mi acompañante se acercó un poco más.

– ¿Te han dicho que eres la cosa más hermosa de la tierra? – Comenzó.

Su voz era bastante bonita también, aunque se podía sentir los nervios en las palabras que decía. Su cumplido me pareció muy tierno, por lo que sonreí abiertamente. El gesto pareció marearlo. Pues mis dientes blancos y brillantes, centellearon frente al juego de luces que nos envolvían.

– Lo he escuchado un par de veces antes, aunque gracias. – Le dije. Reí.

– No me sorprende que ya lo hayas oído. Me he olvidado que hay otras chicas aquí en cuanto te vi bailar.

Al lado nuestro, Mallie bailaba con su nuevo acompañante. Él no pareció extrañado ante la inusualmente baja temperatura de mi amiga. Se balanceaban lentamente, dado que el chico no parecía ser un buen bailarín.

– Tu amigo es pésimo bailando. – Le dije al muchacho.

– Sí, el baile no es lo de Jason. – Comentó divertido. – Aunque tal vez se deba al hecho de que tú y tu amiga bailan demasiado bien, cualquiera parecería un descoordinado a su lado.

– Sí, puede ser, por cierto, ¿Cómo te llamas? – Le pregunté.

– Mi nombre es Alexander Ibsen, soy el hijo del dueño de “Eternidad”. – Me comentó, como si eso fuera a hacer que tuviera más oportunidades. – ¿Cual es el tuyo? ¿O los ángeles no tienen nombre? – Sonrió.

– Me llamo Reneesme Cullen, y mi padre no es dueño de nada por aquí cerca, así que no tiene sentido que te diga nada…– Bromeé.

Comencé a acelerar mi ritmo de nuevo, esta vez, Alex, un poco más relajado, me tomó de las manos. No me resistí, ya que un baile no significaba nada. A diferencia de Jason, el parecía un buen bailarín. Se movía de una forma muy sensual conforme la música elevaba el ritmo.

– ¿Y cuantos años tiene, bella Reneesme? – Preguntó luego.

– Por ahora, y espero que por mucho tiempo más, veinte. – Me miró confundido, no había captado el doble sentido de mis palabras. Tampoco me preguntó que había querido decir, por lo que no acoté nada más. Resultó que él tenía veinticinco. También iba a la universidad de Alaska, pero en turnos completamente diferentes a los míos, pues ayudaba a su padre con sus diferentes ocupaciones, y eso hacía que no pudiera ir a las clases de la mañana.

Bailamos un rato largo, durante el cual nos hicimos preguntas de todo tipo. Alexander resultó ser un chico de lo más divertido e interesante. A mi lado, Malenne conversaba también con su pareja de baile, aunque este no dejaba de mirarla como si fuera un espejismo.

Luego de un rato, Mallie se acercó y me susurró:

– Dile que vamos al baño, necesito hablar contigo.

Me excusé con Alex y nos alejamos de ellos diciéndoles que nos esperen, pues no tardaríamos en regresar.

Al llegar frente al gran espejo del baño, que estaba claustrofóbicamente lleno, Malenne susurró:

– Que tonto que es ese tal Jason, no ha parado de decirme que soy hermosa en toda la noche, resulta demasiado molesto. El que te tocó a ti por lo menos habla. Pero bueno, creo que ya voy a encontrar la forma de divertirme con el pobre chico.

– ¿Qué es lo vas a hacer con Jason? – Le pregunté súbitamente preocupada por él.

– Nada malo, ya te dije. Solo lo voy a obligar a hacer un par de payasadas para besarme. – Me guiñó un ojo.

Miré a mí alrededor, el lugar estaba colmado de chicas.

– ¿Sabes? No entiendo por qué todas están aquí. La mayoría no está usando los baños y todavía no se han ido.

– No trates de entender. Es una especie de ritual entre las mujeres humanas. Tal vez nosotras no podemos comprenderlo porque no tenemos necesidades de mortal. – Contestó Malenne.

– Con necesidades o sin ellas. ¿Por qué si solo una necesita venir, vienen cinco? – Pregunté.

Mi amiga sonrió.

– Se escapa de nuestra compresión, Nessie... – Puso los ojos en blanco.

Volvimos a nuestro lugar en la pista, y ambos amigos nos estaban esperando.

Malenne no tardo en poner en práctica su táctica, y pobre niño, comenzó a sacarse la camisa en medio de la pista, quedando desnudo en el torso. Alex lo miró como si estuviera loco, y fue a hablarle.

– ¿Pero que estas haciendo tonto? – Le decía. – ¿Acaso te has vuelto loco?

– Todo sea porque Angelina me bese…– Respondió con una voz pastosa que intuí no era la que generalmente tenía.

Malenne se partía de risa, y no tardó en envolver a Alex en sus redes. A pesar de que no me parecía divertido, me acerqué al círculo formado por los chicos y mi amiga. Ahora, Alex bailaba con ella, y yo tomé por el brazo a Jason. Este me miró con cara de completo idiota y me susurró al oído:

– Otro ángel ha bajado del cielo. – ¿Acaso no se les ocurría otra forma de coquetear?

Sea lo que sea que Malenne les estaba haciendo, y a decir verdad sí lo sabía, los muchachos comenzaron a hacer más y más el ridículo. Empezaron a gritar y a saltar como idiotas. Y luego de un rato, Alexander también se deshizo de su camisa. Su torso, completamente definido, quedó al descubierto frente a todas las muchachas, que suspiraron ante el espectáculo. Nosotras no paramos de bailar. Y cuando volví a relajarme lo suficiente, comencé a jugar también. Tomé a los chicos por los hombros y los hice delirar con mis imágenes mentales por unos segundos. Transmití a sus mentes alcoholizadas escenas que nunca habían pasado, pero que seguramente al otro día recordarían como hecho verdaderos. La disco ardiendo. Jason besando a Malenne, una escena en la que pensarían que se habían desnudado complemente en la disco, aunque no era verdad. Pasados unos segundos, el efecto producido por el don de Malenne pareció disolverse. Le susurré al oído lo que les había hecho ver, y se rió aun más de los pobres chicos. Al volver en sí, y percatarse del ridículo que estaban montando, les entró el pánico.

– ¿Pero que ha pasado? – Preguntó Jason, un tanto grogui.

– Solo se han liberado, chicos, no han hecho nada malo. Bueno, casi nada. Yo en su lugar no me hubiera desnudado delante de todos, pero bueno, tampoco ha sido tan malo. – Les dijo Mallie, con su voz de sirena, que hacía que las palabras sonaran a pura verdad, cuando en realidad no lo eran.

Entonces las escenas falsas que había introducido en sus mentes se pusieron en primer plano en sus cabezas.

El horror les cruzo los rostros.

– Oh por Dios, dime que no he hecho eso… – Dijo Alex a Jason, con la cara desfigurada por la humillación.

No podía negar lo mucho que me estaba divirtiendo, viéndolos desconcertados por algo que no había pasado.

– Bueno, por lo menos te he besado… – Le dijo Jason a Mallie. Ella me miró y me guiño un ojo.

– Espero que la hayas pasado tan bien como yo. – Le respondió con un tono juguetón,

– Debemos irnos, Angelina, tu hermano debe estar buscándonos. – Le dije en voz alta a Malenne para que los otros lo escucharan.

– Sí, claro, debe estar preocupado. – Me respondió, siguiéndome la corriente. – ¡Adiós chicos, un placer haberlos conocido! – Dijo y les dedicó un beso volador. Estábamos alejándonos cuando sentí que Alex me tomaba del brazo.

– Un momento… ¿A mi no me darás un beso? – Me preguntó del todo ofendido.

– Pero si ya te lo he dado. – Le dije tomándolo de la muñeca e introduciendo la escena en su mente.

Pestaño dos veces, ante la imagen que se le presentó en la cabeza. Por un momento no pareció muy convencido. Pero luego, encerró mi rostro con sus manos y se acercó con la intensión de besarme.

Si hubiera sido una humana común y corriente, no habría sido capaz de resistir. Pero por suerte pude soltarme de su agarre justo a tiempo. Y con demasiado facilidad.

– Soy del tipo de chica que solo da un beso la primera noche…– Inventé rápidamente, dándome vuelta y escapando antes de que me sujetara de nuevo.

Y nos alejamos dejándolos ahí, completamente confusos.

Comenzamos a reírnos por la situación que habíamos originado. Y no paramos por un largo rato.

Cuando nuestras carcajadas comenzaron a ahogarse, fuimos concientes de que Raphael se encontraba al lado nuestro.

– ¿Dónde has estado toda la noche? – Le pregunté.

– Por ahí, ustedes no son las únicas que pueden divertirse, señoritas. Me guiñó un ojo y sonrió. – Debo decir que me impresiona la rapidez con la que entendiste nuestro juego, Nessie. Hasta lo has hecho mejor que Malenne. –Comentó.

– ¡Claro que lo ha hecho mejor que yo! Ese don tan perfecto tuyo. Ni siquiera tuve que obligarlos a hacer totalmente el ridículo, ¡Basta que tú los hagas ver que lo hicieron cuando están en el trace y se lo creen!

– Bueno chicos, tengo que admitir que me la he pasado genial.

– Esa era la idea Rennesme. – Comentó Raphael.

– ¿Y que has hecho tú, hermano? – Preguntó Mallie.

– Lo de siempre – Comento carcajeándose – bailé con un par de niñas, y utilice un par de trucos. Todavía ahí una por allí jadeando.

Reímos los tres.

Paseamos un poco más por la disco, esta vez, solo bailando como chicos normales.

Seguramente Alex y Jason se habían marchado, convencidos de que nos habían besado, y que habían hecho el ridículo frente a las mil personas que habría esa noche en “Eternidad”.

Desde luego que repetiríamos esa experiencia.

Malenne y Raphael me estaban haciendo descubrir cosas que, si bien no eran buenas, tampoco lo eran malas. Pero que me hacían divertir increíblemente.

Sacaban a flote a la Renesmee inmadura que se alojaba en mí. A la Renesmee que le gustaba divertirse, que le gustaba simplemente estar una noche de sábado con sus amigos. Bromear, sentirse viva de una nueva forma. Romper las rígidas normas de nuestro mundo, en el que no podíamos relacionarnos con los humanos, quebrar las reglas de una forma tonta y un poco infantil, pero entretenida, sobre todo.

La noche continuó avanzando, ahora abandonando nuestro juego, y solo disfrutando de ese lugar. Como tres amigos normales que salieron para disfrutar de su juventud.

Terminamos la velada como cualquiera de los otros concurrentes.

Solo que para nosotros todo fue más divertido.


IR A CAPITULO DOCE

43 comentarios:

Pabli Sanz dijo...

Chicos! dejen sus comentarios! son muy importantes para mi!
Los quiero!

Pabli

Anónimo dijo...

muy bueen capitulo!!
cuando se publica el proximo¿?

Anónimo dijo...

exelenteeee
me gusto mucho y ya espero poder continuar leyendo el proximo.
Gracias!!!

Anónimo dijo...

Me gusto mucho este capitulo.. Espero que el próximo se publique pronto..!!
Saludos.

Anónimo dijo...

esta muy bueno me encanto espero el prox con ansias, bueno me gustaria k vieras mi pag esta un poco tonta pero espero q te agrade!!!!
www.teamsuiza4ever.ucoz.net
atten:senna

Maria Betania dijo...

esta super divertido el capitulo

Nessie Araujo dijo...

estaa superr bueno el kaps!! m enkntoo...ia kiero leer el otroo!! =D♥♥

ashley dijo...

Hasta ahora lo encuentro el mas entrete de todos!!! sigue así... por fa sube el otro lo mas rapido posible.
besos!

Anónimo dijo...

muy bueno este capitulo no creeia que iba a dar un vuelco como este. "si edward se
entera la mata",sigue asi que esta muy buena

Fran Sazo dijo...

Me encanto la nueva fasceta de Nessie! Ya qiero qe llegue el jueves para leer el próximo! Bendiciones Pabli, sigue así siempre te digo y no me cansaré de decirte qe me encanta lo qe haces por nosotros, lo de mantener viva la ilusion! Cariños!

Anónimo dijo...

de verdad me encanto todo te felicito x lo q estas haciendo ps le has puesto empeño y amor... para cuando publicas el otro cap de verdad me obsesione con la historia!!! besos

paola dijo...

supremo, me encanto todo el capitulo, perfecto, sigue asi.

eliana jurado dijo...

me encanto el capitulo estuvo buenisimo espero con ansias el 12 espero el jueves el proximo cap !

Anónimo dijo...

Me encanto, aunq entiendo que no todo debe ser romance me gustaria que se pusiera un poco mas "interesante" de algun modo u otro... Espero que puedas mantener este interes nuestro en tus escritos... felicidades

Anónimo dijo...

muuuyy buenooo!!!! =) espero el sig...!!!

Anónimo dijo...

Este capitulo es genial ya soy adicta a ocaso borial!! =D ...realmente si edwar se entera la mata pero seria interesante tambien conocer la reaccion de jacob jajaja. Pabli eres un muy buen escritos, me encanta como llevas la historia!!!

Anónimo dijo...

El capiotulo fue muy interesante desde varios puntos de vista, me agrado la faceta de ver a Reneesme mucho mas humana pero tambien se aparta al tonalidad e la saga y es que eeso el lo ebriagador lo enamorante de los escritos y la historio
pero es interesenta y no me hubiera imaginado un enfoque desde ese punto, me recuerda un poco al afiesta de graduacion que hace alice .
tambientengo una inquitud en el capitulo anterior malene dice que casi no uso su don porque no le gusta hacerle eso al la gente sin embargo en este capitulo observamos a algien muy diferente quisisera saber si es un conjetura o haceparte del a intriga del resto suuuuuuuuuuper el capitulo a y otro cosa la union familir es muy importante en lo cullen y aqui reneesme no lo parese no me cuadra mucho esa parte ????????????????

♥. Mel dijo...

muy bueno el capitulo! la verdad me gusto esta faceta de Rennesme de una chica divirtiendose, no me hubiera imaginado que hubiera podido hacer algo asi! muy bueno la verdad. Espero el proximo capítulo con ansias!

Anónimo dijo...

ESPECTACULAR TODA LA TRAMA!! me super encanto.. me encantaria saber cuando publican el prox capitulo.. de verdad. felicidades.. es algo que no cualquiera hubiese imaginado.. espero con muchas ansias el prox capitulo :D

joce dijo...

me encato como siempre...
=)
sigue asi...
waaa!! que pasaria si edward se enera de esto??? seguro la mataria...y jacob se pondria celoso...o algo asi...
XD
espero con ansias el otro capitulo

Anónimo dijo...

jaja.. Girls wanna have fun.. tal cual xD .. no me la habria imaginado asi a Nessie.. como dijo Joce aca arriba, seguro qe Ed la va a qerer matar cuando se entere.. si es qe se entera ;)
jaja

vivi dijo...

hola soy nueva leyendo la historia pero me ha fascinado me encanto ya leí todos los cap y de verdad me parece genial espero leer pronto el próximo ;)

Anónimo dijo...

este capitulo esta muy divertido, me encanta como juegan las chiks con los chicos eso no es algo que solo hagan ellas creo que todas las humanas es algun momento jugamos con los hombres.....jajajajaja....en verdad me gusta mucho como escribes pabli...nos introduces en un mundo fascinante que parece que nos encontraramos de testigos en cada uno de los capitulos...espero el proximo... recuerda que se te kiere......nohemi alvarez

Unknown dijo...

Jajajaja ya quiero un don como ese...que no haria jajaja muy bueno el capi, aunque un poco aburrido al comienzo, pero buen final valio la pena

Anónimo dijo...

muy bueno .....exelente iia kiero leer el capitulo 12........me parece fabuloso que hayan hecho una continuacion y ahora ablada por nessi...

Anónimo dijo...

quiero ver como se pondria jacob celoso se ha de ver muyy tierno oh amo a jacob!!!! jahajha
o si se enterara edward estaria genial jaja

Anónimo dijo...

Este ha sido el que mas me ha gustado!! me ecantaria ver a nessie en un triangulo amoroso, como el de bella, edward y jacob, ojala que sea asi..... pero hasta hoy me han fascinado los capitulos... solo que estaria bien que pusieras mas de edward, bella y jacob!!!!!!!!!!!!
Felicidades!!!!

Pabli Sanz dijo...

Pronto Bella y Edward formaran parte de la historia!

Besos!!

Pabli

VIRYZZZZZ dijo...

wow!!!! espero ver ya el proximo capitulo... en verdad pabli eres muy bueno te agradezco estas tardes de diversion y novedades!!!! pero no te atrdes muxo eh!!! grax!! saludos

Sary Madera dijo...

Jajajaja
Buenisiimo este capitulo, me encanto como jugaron con los chicos en la disco...!!
Lo que me dio aun mas risa fue la frase en que Nessi dice "Aunque son solo vampiros", como si fue la cosa mas normal del mundo, oh bn para ella si claro... En fin esta excelente este capitulo, pero tambn estoy de acuerdo en lo de integrar a Bella, Edward y Jake, ya hacen falta...!!
Ah una cosita que espero tengas en cuenta es que te fijes mas en la escritura hay veces que se te van unas palabritas mal escritas, es solo eso de resto bn!!

Anónimo dijo...

bueno para mi punto de vista esos vampiros los veo como una mala influenzia para nessi..pues hemos visto a travez de la sagas q la familia cullen es mas conservadora y q no les gusta lastimar a los humanos ni aserles daño ni aprovecharse de ellos y nessi viene d ese ambiente de respetar a los humanos y no aprovecharse de ellos con sus dones...q es lo hacen estos nuevos vampiros q han llegado a la vida de nessi aprovecharse de sus dones..y nessi la vimos en un nuevo rol d chica mala ..me gusta mas la chica buena...ahi no esta pensando ni en jake q no sabemos q esta haciendo en esta historia..

Anónimo dijo...

Nessi se liara kon alex, seria divertido oalomejor raph se enamorade nessi no se

Anónimo dijo...

tienes q seguir el patron ..cuando bella era humana no le gustaba q se aprovecharan de ella por ser una simple humana..ni le gustaba q jasper le controlara sus emociones..eso lo sabe nessi..y vemos q nessi en un papel en el cual ella se esta aprovechando de los humanos como q no es para ella si se imvolucrara a la demas familia cullen en esta historia no le permitirian el abusar de los demas------
y estos hermanitos no los entiendo dicen q no usan sus poderes pero en este capitulo se demuestra todo lo contrario..lyon
El Salvador

Galaxia dijo...

Muy divertido el capitulo, aunq si se sale un poco de lo q "haría" un miembro de la familia cullen, pero tampoco creo q no hayan hecho alguna bromilla en sus primeros años de inmortales (cuando ya no eran neofitos).
Lo unico q si espero no cambie es lo Nessie con Jake, de hecho ya espero la aparicion de Bella y Edward, aunq me encantaria mucho mas una visita a "escondidas" de Jake a Nessie, ya se q aqui no son peticiones pero oopsss no lo puedo evitar xDD

Mica dijo...

Ya es miercoles. Por favor subi otro cap rapido! ya espere una semana!

silvy dijo...

si porfavor ya no puedo esperar + el prox cap

mile zeledon dijo...

eeeeehhhh dema bueno gracias ya me muero xq llegue la peli.... me muero de ganas x verlo esta dema bueno me facina......

Anónimo dijo...

ta muy bkn este capitulo
espero con ansia el k sigue
ojala k sea igual de weno o mejor

Isabel Ng Wu dijo...

Wao!!!
K relajant fue eso para reneesme!!!
Hihihihihiih!!!
Un capiitulo jugando con los dones!!!

lisy dijo...

Me agrada ver que Nessie sigue su lado humano y se divierte como cualquier adolecente. Ella solo tiene 7 años y no habia disfrutado de la vida antes.
Posiblemente sea negativa la forma de divertirse y este lastimando a los humanos pero ella no tiene experiencia y solo se deja guiar por sus nuevos amigos.

Pabli tu capitulo esta muy bueno.

Besos y abrazos con todo mi cariño

LISY

traumaditaa dijo...

Supeeer genial me facinoo!! dios mioo no lo puedo creer, peroo escribes mejor que Stephanie Meyer, por favor si haces un libro sere la primeraa en comprarlo eres geniaaaaaaal!! si quieres pasate por mi blog!!! me encanta thu libro seguire visitando
hahahaa
Bnoo super interesante thu libro !!! haha mui divertido, impresionante, misterioso, GRANDIOSO!!!! desde ahora soi thu FAN !!!!! enseriooo creoo qq me volvi adicta a thu libroo!!!!
Y creoo q pornto seras el Proximo William Shakespeare!!!! byeee

Anónimo dijo...

me la pase de risas en este capitulo fascinante... kt

Anónimo dijo...

Esta super chulo me encanta ocaso boreal eres fantastico pabli muy bonito