Antes que nada quiero darles la bienvenida, muchas gracias por visitarme y leer esta historia, la que tanto disfruté escribiendo.

Nada podría hacer para agradecérselo,

Pablo Sanz.


Disclaimer

Los Personajes de esta historia no me pertenecen. Son propiedad de la señora Stephenie Meyer, autora de la Saga Crepúsculo, y por lo tanto, esta novela es solamente un Fan Fiction de mi autoría, que no guarda relación alguna con ella o cualquier otra cosa referente a su persona.
Aclaro esto, para evitar malos entendidos.

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viernes, 29 de octubre de 2010

Capítulo Dieciseis: Explicaciones.


De nuevo, y siempre, agradeceré a todos los lectores fieles a esta novela, saben que los estimo mucho, y que su cariño es un insentivo a serguir escribiendo, esta historia es un gran sueño para mí, y espero que el inicio para convertirme en escritor.
Gracias, de verdad, simplemente Gracias.

Tambíen se que una semana puede resultarles mucho tiempo, pero espero que al final, sepan comprender cuales son mis motivos!

Los quiero mucho!

Pabli...


Explicaciones.

Fui incapaz de continuar manejando.

Me detuve a un costado de la autovía y apagué el motor.

El shock era demasiado fuerte, el mensaje muy inesperado y la pena incalculable. Lo peor de todo era que no podía hacer nada. Estaba allí, nueve horas después de que había recibido el mensaje, y el final de este no era nada alentador.

Al terminar de escuchar esa grabación, me sentí abatida, demasiado triste y con mucho miedo.

¿Había forma de que todo hubiera podido terminar bien?

En un intento desesperado, marqué el número de Michelle, pero como era de imaginar, no obtuve respuesta. Sonaba, sonaba y nadie respondía. Era inútil dejar un mensaje.

Ya estaba lejos de la casa de Malenne y Raphael, y de todos modos, ellos no hubieran podido ayudarme, no justo hoy, que el cielo despejado permitía que el sol ilumine todo el ambiente. Ni siquiera podían asomarse al exterior de su propia casa, eso habría sido peligroso, y no quería exponerlos.

Intenté calmarme, encontrar algo de paz en ese nuevo acontecimiento, tan perturbador y repentino que logró que sintiera una pena y una tristeza sin limites.

Desde luego, no podía quedarme en medio de la carretera, llorando, desesperada. Puse en marcha el motor de nuevo. Tampoco debía ir a la universidad, no en ese estado.

No quería volver a la casa de mis amigos. Sentía que tenía que hacer algo, descubrir lo que había pasado.

Comencé a conducir otra vez, con la mente demasiado confusa y todos los sentimientos al descubierto.

La cabeza me daba vueltas, y aunque nunca había percibido una sensación parecida, hubiera jurado que tenía ganas de vomitar. Algo que jamás había echo.

Un presentimiento fuerte me decía que si no quería engañarme a mi misma, tenía que aceptar la realidad. No había escuchado ningún disparo u otra cosa que me hiciera pensar que la vida de Michelle hubiera terminado, pero ¿Por qué sentía entonces que ya era demasiado tarde para ayudarla?

Las lágrimas me azotaban los ojos, y no permitían que pudiera ver nada. Puse mayor atención al volante, porque la carretera estaba levemente concurrida, y no quería chocar y producir otra desgracia.

Con otro intento desesperado, marqué el número de la casa de Michelle.

– ¡Hola...! – Dijo la voz exasperada del padre de mi amiga.

Fue triste contestar, porque de seguro no era mi voz lo que esperaba oír.

– Buenos días, señor White, lamento molestarlo. ¿Esta Michelle? – Pregunté, aunque conocía la respuesta. – Soy Renesmee Cullen.

– Oh... Renesmee... – Suspiró tristemente. – Ella... no ha vuelto a casa. Ayer nos dijo que se iba de compras a Vanderbilt Hills y no ha regresado... – Se le quebró la voz. – Tendría que haber vuelto a las ocho como demasiado tarde...

Claro que no había regresado.

¿Debía contarle lo del mensaje? ¿Mi voz daba a entender que lo que me contaba no me sorprendía?

– Lo lamento mucho. No sabe lo mal que me ha caído la noticia. – Dije. Dudé un segundo más y agregué. – He recibido un mensaje de ella, ayer a las diez de la noche.

– ¿En serio? – Preguntó el hombre. La esperanza iluminó su voz. Me sentí peor de lo que ya estaba. – ¿Qué te dijo?

– Creo que será mejor que lo escuche por si mismo. – Contesté. No era algo que se pudiera decir por teléfono.

– Ven a casa, entonces. – Concluyó, perturbado, no esperaba esa contestación. – Estamos todos aquí. Por favor, no tardes.

Cortó.

Medité un segundo mi decisión. El mensaje de Michelle no era algo que podía dejar pasar por alto, ni para mí, ni para nadie.

Ella no había vuelto a casa.

El miedo aumentó varias veces su tamaño anterior. Sus padres ya estaban desesperados sin saber lo que había pasado en realidad.

¿Podía acudir hasta su casa y destruir la única esperanza a la que se había aferrado desesperadamente?

¿Por qué tenía que ser la portadora de malas noticias?

En ese momento no había nada que me hubiera gustado más que correr hacia Vanderbilt Hills e intentar, aunque fuera inútil, hacer algo para encontrarla sana y salva.

Que todo haya sido un error.

Solo una broma de mal gusto.

Las calles se desdibujaron en ese estado lamentable en el que me encontraba, y llegar a Juneau fue un poco más difícil de lo que hubiera podido imaginar. Tomé una de las calles paralelas a la de mi departamento, y continué camino hacía el norte.

Recordaba muy bien como llegar a la casa White.

Lo que encontré no fue de mi agrado, sino otra confirmación del horror.

Había un patrullero en la puerta de la mansión.

Bajé del coche y caminé hacia la puerta, temblando de pies a cabeza, presa del desasosiego y la desolación.

¿Era inútil conservar las esperanzas en un momento como ese?

Toqué a la puerta y pude escuchar como alguien se precipitaba hacía ella, con mucha prisa, esperando a alguien que no era yo.

La señora White abrió unos segundos después.

Su rostro era el vivo retrato de la devastación, y sus ojos brillaban conteniendo las lágrimas que seguramente ya estaba cansada de derramar.

– Renesmee... – Susurró entonces, demasiado preocupada como para disimular el desencanto que le originaba verme a mí y no a su hija en el umbral.

– He telefoneado hace un rato. Su esposo me dijo que viniera hacía aquí. – Murmuré. – Creo que deben escuchar algo...

La mujer asistió, comprendiendo a la perfección que era lo que quería decir.

Me indicó que pase con un gesto tieso de su cuello, y apartándose para cederme el paso. Caminó por el ya conocido trayecto que nos llevó hacía la estancia, donde su esposo y su otra hija estaban con idénticas caras preocupadas, y en compañía de un oficial de la policía estatal.

– Hemos estado revisando toda la zona, señor White. – Decía el oficial. – En cuanto tengamos noticias, nosotros le avisaremos.

– Pero ¿No se da cuenta que lleva doce horas perdida? ¡¿Por qué no hacen algo?! – Preguntaba, exasperado.

– Entiendo su preocupación, pero no ha pasado tiempo suficiente como para que la demos por desaparecida. Todavía no se han cumplido las veinticuatro horas establecidas. – Explicó. – Se pudo haber escapado con un chico o tan solo estar en algún otro lugar.

– No necesito que me de lecciones, solo le estoy pidiendo que haga su trabajo. Michelle es mi hija y la conozco, no se ha escapado ni nada por el estilo. – Discutió entonces el padre de mi amiga, aunque su rostro seguía contrariado y absorto en el pánico. – Algo ha pasado... deben encontrarla antes de que sea demasiado tarde...

En ese momento el señor White se percató de mi presencia.

– ¡Renesmee! – Casi gritó. – ¡Has venido! Dime, que fue ese mensaje que te dejó Michelle.

Lamentablemente, su semblante demostró que estaba concibiendo esperanzas, pero era todo lo contrario lo que venía a darle.

– Lo siento mucho... – Susurré, dudé esta vez en dejar que escuchara el mensaje. No comprendía como había sido tan insensible. Hubiera buscado otra forma de hacerlo. Presentarme en la casa de esa manera, y prácticamente escupirle en la cara que algo malo, muy malo, había pasado con su hija, era demasiado cruel. – Creo que no debería escuchar esto... – Susurré entonces.

– ¡No! – Gritó. – ¡Debes dejarme, quizás todavía estamos a tiempo...!

Comencé a llorar de nuevo, aturdida por la situación en la que me encontraba.

El señor White prácticamente arrancó el móvil de mis manos. Otra lágrima calló por mi rostro, y el padre de mi amiga tomó el aparato y se colocó el auricular en el oído, no sin antes marcar el número del buzón de mensajes.

Escucharlo de vuelta fue mil veces peor. Lo fue, porque ahora no solo tenía que enfrentar mi desdicha, sino porque también la del hombre que se encontraba de frente a mí. Su rostro mutó varias veces a medida que la grabación avanzaba, y lo peor de todo fue cuando el grito interrumpió la tensa quietud de la sala de estar, en la que todos guardábamos silencio, a la espera de una reacción por parte del hombre. Incluso el oficial y la madre de Michelle habían sido capaces de oírlo.

Había visto llorar a muy pocas personas a lo largo de mi corta vida. La única presencia fuerte que tenía del llanto era la que yo misma me había creado, a través de todas las lágrimas que había derramado en todo ese tiempo. Mi familia no podía hacerlo, mi abuelo Charlie no era esa clase de hombre, y los lobos eran demasiado rígidos como para permitirse ese gesto.

Por eso, la imagen de los White consumidos por la pena me partió el alma. Sus lágrimas eran pura desdicha, y caían como una cascada de sufrimiento y devastación, que carcomía con saña cualquier atisbo de luz, y nos hundía en una oscuridad demasiado densa, maligna. En ese momento sentí como si mi tío Jasper me hubiera traspasado su don, porque podía percibir la virulenta ira acompañada de dolor que tenía la familia. No solo la representación en sus semblantes, sino también de un modo tangible, presente en el ambiente como una neblina oscura que avanza dispuesta a cubrirte en ella. El señor White perdió el dominio de sus piernas y cayó de rodillas al piso, derrotado y destruido. Su esposa lo acompañó, no menos abatida.

Diane, la hermana de Michelle, observaba a sus padres, confundida. No era muy pequeña como para no entender que era lo que había pasado, pero tampoco lo suficientemente madura para asimilarlo como era necesario. Sus ojos, del mismo color que los de mi amiga y su padre, estaban cristalizados y enrojecidos, y no paraba de mirar hacía la puerta, sin duda esperando que su hermana apareciera de un momento a otro, para correr a abrazarla, algo que sin duda tenía ganas de hacer en aquel momento.

Fijó su mirada en mí, lo cual hizo que se me retorciera el estomago ante lo idéntica que era a la de su hermana. Caminó lentamente hacía donde me encontraba y con una voz musical pero teñida de pánico preguntó:

– ¿Tú sabes donde esta Michelle? – Una lágrima cayó silenciosa a lo largo de su sonrojada mejilla. Era una niña adorablemente bella.

Me puse de rodillas, nuevamente desbordada por el llanto.

– No lo sé, pero pronto volverá... – ¿Era correcto mentirle así? – Cuando lo haga podrás estar con ella...

Mi voz era un susurro incierto, casi imperceptible para nadie más que no fuera ella, que tenía su rostro a escasos centímetros del mío.

Diane me observó de nuevo, analizando mis palabras. Era una niña de ocho años, pequeña en todos los sentidos. Tal vez hasta entonces no me había dado cuenta de algo. Ella tenía una conexión muy profunda con su hermana. Diane adoraba a Michelle. Pude darme cuenta de ello en los gestos vistos en esa casa, la noche que mi amiga me había invitado a cenar, pero los cuales no había analizado. La niña miraba a su hermana con un aire solemne, casi divino. Besaba el suelo que pisaba...

Michelle era el todo de Diane... su unión era muy fuerte, y ahora, comprendía que la muda suplica en el rostro de la niña era incluso más impactante que el llanto de los señores White, porque esta pequeña muñeca, tan frágil y hermosa, necesitaba a su hermana casi tanto como respirar.

Ella todavía creía en las hadas y en los príncipes azules, en esos mundos que solo existen en las páginas de los libros de los hermanos Grimm. Era triste que aterrizara en la realidad de una forma tan macabra. Que se diera cuenta que en el mundo la maldad prevalece a la bondad, incluso aunque la mayoría de la gente afirme lo contrario. Que crueldad que se percatara que la generalidad de la personas camina indiferente al dolor de los otros, solo pensando en el propio, sin reparar en otra cosa. Que entendiera que el mundo esta poblado por millones de personas, todas diferentes, que actúan de una forma desigual a nosotros, que algunas disfrutan provocando el mal, que se deleitan incitando desgracias.

Pero eso último no era un aprendizaje solo para la pequeña, sino también para mí. Darme cuenta que los monstruos existen de mil formas, con diferentes grados de maldad, y que conviven entre la multitud camuflados tras cientos de máscaras. Monstruos que no tenían nada que ver con el mundo sobrenatural al que yo misma pertenecía, criaturas diabólicas que se engendraban en el mismo seno de la raza humana...

Hombres o mujeres que tenían esa conducta tan autodestructiva que tanto odiaba. ¿Acaso el mundo no era un lugar lo bastante bueno para vivir? ¿Por qué dañar su propio hogar de esa forma? ¿Por qué lastimarse entre ellos?

¿O estaba equivocada? Tal vez alguien relacionado a mi realidad había puesto fin a la existencia de mi amiga humana...

Deseché la idea. Era muy poco probable. Los únicos vampiros que conocía en Juneau eran Raphael y Malenne, y ambos estaban conmigo al momento de pasar las cosas.

La pequeña no había retirado sus ojos de los míos, y luego hizo algo que terminó de destrozarme. Estiró sus brazos, y se estrechó a mí en un abrazo cálido. Me abrazó de la forma en la que solo los niños son capaces, con ternura, con un amor puro y desinteresado, sintiendo el contacto, disfrutándolo, no teniendo la necesidad de separarse...

Sus padres seguían mudos, contemplando la nada. Hundiéndose en la devastación. En ese momento, tan privado, hubiera deseado haberme marchado, porque si bien me dolía lo que estaba pasando, no podía compararse con el sufrimiento de la familia de mi amiga. El oficial seguramente sintió lo mismo, y por eso se alejó un poco, camino a la puerta de entrada.

Pero eso no sirvió de nada. El dolor arremetió sin contemplaciones, y los señores White colapsaron nuevamente.

No se cuento tiempo más paso hasta que se pudieron controlar, el tiempo no tenía sentido en esa extraña dimensión donde reinaba la incertidumbre.

Entonces el padre de mi amiga se puso de pie, no sin cierta dificultad, y realizó la única pregunta que esperaba que formulara.

– ¿Quién es Steven? – Dijo, con una autoridad atemorizante.

– Un compañero de la universidad, era el chico con el que tenía que salir Michelle ayer. Por eso no fue a mi casa... – Susurré arrodillada y con su otra hija todavía en brazos.

– ¿Sabes donde vive? ¿O algún teléfono donde podríamos encontrarlo? – Exigió.

Desde luego que no. Jamás había tenido el número de Steven, y mucho menos sabía donde vivía.

– No tengo ninguna de esas cosas. – Contesté.

– Dime su nombre completo, averiguaré todo lo que necesite. – Dijo.

– Steven Collins... – murmuré.

Me devolvió el móvil, con sus manos temblando ligeramente. Lo tomé, y solo deseé marcharme, estar sola por un tiempo antes de volver a Douglas.

Resguardarme en compañía de mis amigos.

– Puedes irte, si quieres. – Murmuró la señora White. – No queremos molestarte más.

– ¡No, mami! Quiero que Renesmee se quede conmigo... – Dijo la pequeña, girándose hacía su madre.

– Tal vez ella no pueda hacerlo, Diane. – Le respondió la mujer.

A pesar de que en realidad me hubiera gustado marcharme, no podía resistirme a esa niña. Su dolor era tangible, y pude percibir que ya se había dado cuenta de todo.

– No tengo inconvenientes en quedarme si usted no tiene problema alguno... – Comenté con la madre de la niña.

– Quizás sea lo mejor, seguramente mi esposo y yo tendremos que marcharnos. – Dijo.

– Pueden ir tranquilos... – Asentí. – Yo cuidaré de ella.

Intentó sonreírme, pero no pudo. Su rostro estaba tieso por la pena, y seguramente intentaba contenerse, para que Diane no fuera testigo nuevamente de otra escena de dolor.

El padre de mi amiga tomó su móvil y marco un número. No pude saber a quien era que llamaba, porque antes de que alguien respondiera desde el otro lado, se había marchado de la estancia.

Pude escuchar, sin embargo, como repetía el nombre que acaba de facilitarle.

La vigilia por el paradero de Michelle no terminó en ese momento.

Sus padres se fueron de la casa por unas horas, y durante ese tiempo estuve con su otra hija, que aunque ya no lloraba, estaba triste hasta lo más profundo de su pequeña alma.

Pasó mucho tiempo hasta que pude abandonar la casa, pues los señores White llegaron cerca de las tres de la tarde, más agobiado que aquella mañana.

Habían localizado a Steven, y en ese momento estaba arrestado. La única prueba que tenían de que Michelle había estado con él, era el mensaje que había dejado en mi contestador, por lo que unos policías los acompañaron, y me pidieron nuevamente el móvil para sustraer una copia. Me lo devolvieron luego de hacerlo, y después de aquello, me vi incapacitada para seguir un minuto más en esa morada.

Me disculpé con ellos, y se mostraron compresivos ante mi necesidad de marcharme.

– Gracias por todo, Renesmee. – Dijeron. – Cuando aparezca, serás la primera en enterarte...

Y nuevamente, una voz en mi cabeza me dijo que ese momento no llegaría nunca.

Casi corrí hacia la puerta principal, todo a mi alrededor se derrumbaba, todas las esperanzas se habían extinguido antes incluso de comenzar a arder. La tarde seguía despejada, y el sol iluminaba el horizonte.

Era un día hermoso.

La mayoría de las personas de Juneau habrían de salido a disfrutarlo. Nosotros no podíamos. Aunque el astro rey brillara con todo su esplendor, nuestro alrededor era demasiado oscuro... demasiado aterrador.

Tomé mi coche y encendí el motor.

No quería ir a ningún lado en particular, solo quería manejar por un tiempo, para despejar mi mente. Tomé una carretera poco transitada y aceleré hasta los límites de los que el auto era capaz. La velocidad era abrumadora, y a pesar de que antes me había parecido relajante, ahora no tenía el mínimo efecto en mi estado de ánimo.

A esa velocidad suicida a la que estaba manejando, tomé el móvil y marqué el número de Malenne.

– Renesmee... – Respondió al atender. – ¿Por qué no has vuelto todavía?

– Ha pasado algo grave, Malenne. – Comencé. – Michelle ha desaparecido...

Se escuchó un silencio durante un poco más de un segundo.

– No puedo creerlo... – Susurró, aterrada. – ¿Cómo ha pasado algo así?

– Ni siquiera yo puedo saberlo con certeza, y he estado en con sus padres y su hermana toda la mañana. – Apunté. – Estoy demasiado perturbada... creo que me quedaré en mi casa esta noche...

Ella dudó un momento más antes de responder.

– ¿Estas segura? ¿Crees que lo mejor es estar sola? – Comentó.

– Al menos estaré en el departamento unas horas, te aseguro que si me siento mejor, iré para allá. – Prometí.

– Está bien, Ness. No importa la hora, puedes llegar cuando quieras. Me disgusta la idea de que estés en tu departamento sin ninguna compañía... – Susurró. – Estás demasiado triste... puedo sentirlo en tu voz, amiga.

– Simplemente toda la situación me ha superado... pero te lo contaré todo en persona. Es demasiado delicado como para hablarlo por teléfono. – Dije. – He de irme, nos vemos hoy por la noche, o quizás mañana. Te quiero Malenne. Mándale saludos a Raphael.

– Adiós, Nessie. ¿Sabes que puedes contar con nosotros para todo, verdad? – Preguntó.

Sonreí cansinamente.

– Sí que lo sé, amiga. Claro que lo sé. – Afirmé. – Pero ahora estoy muy triste y no quiero estropearles la noche.

– Eso jamás pasaría. – Disintió. – Estamos aquí para ti, en cualquier momento.

– Gracias, Malenne. – Estaba llegando al departamento. – Mañana hablamos. Lo mejor es que hoy duerma aquí.

– Todo se solucionará, Renesmee. – Concluyó. – Espero verte mañana.

– Sí. Adiós. – Corté.

Hacía solo tres días que no estaba en casa, pero lo cierto es que cuando llegué a ella la sentí extraña. No era el mismo lugar en el que había vivido los últimos meses.

La percibí lúgubre, a pesar de que en ella todo era claridad. Pequeña, a pesar de que el espacio era suficiente para que vivieran tres personas con comodidad, ni hablar de una sola.

El cambio se debía a algo que sabía muy bien.

La mansión Blancquarts se había vuelto mi nuevo refugio en Alaska.

Había dejado varias cosas en la casa de mis amigos, por lo que no tenía mucho que acomodar.

Intenté hacer algo más en el departamento, limpiar, arreglar... algo que me permitiera despejarme, pero rápidamente me quedé sin opciones. Todavía no hacía una hora que había vuelto de la casa de los White, y no tenía nada para hacer.

Malenne había tenido razón, no era bueno que estuviera sola en ese lugar.

Entonces recordé que hacía mucho que no conversaba con mi vecina. Había tenido tantas cosas en la cabeza, que había descuidado esa amistad en particular, y lo cierto es que disfrutaba de ella.

Tomé el teléfono, y marqué.

– Hola. – Contestó Lizzie del otro lado.

– Lizzie, acabo de llegar de Douglas, estuve el fin de semana con unos amigos. ¿Quieres venir a tomar algo? Te he extrañado el fin de semana, y hace mucho que no te invito nada. – Dije.

– De acuerdo, Renesmee. Subo enseguida. – Contestó amablemente.

Elizabeth subió al cabo de unos minutos, en los cuales me dio tiempo para poner a calentar el agua para tomar el té.

– ¿Cómo estuvo tu fin de semana, cariño? – Preguntó mi vecina una vez que estuvimos sentadas a la mesa.

– Muy bien, el fin de semana estuvo bien... – Contesté. – Pero hay algo que me tiene demasiado preocupada...

– Cuéntame, corazón. – Comenzó.

– Una amiga de la universidad ha desaparecido... – Suspiré tristemente. – Y todavía no hay ni la mínima señal de ella...

Elizabeth empalideció. Sus ojos ámbar se tornaron turbios, y casi se le cae la taza de té que sostenía en la mano derecha.

– Oh por Dios. – Sollozó. – No me digas eso, Renesmee.

Su reacción era esperable, ¿Acaso su esposo no había desaparecido, también?

– ¿Cómo ha sucedido algo así? – Inquirió.

– Desapareció en Vanderbilt Hills. Estaba allí anoche, y no volvió a casa... – Murmuré.

– Pobre niña, pero no estés mal, Nessie. Todavía no debes bajar los brazos... – Me alentó. – Nada esta dicho aún.

– Es difícil mantener las esperanzas, cuando sé en concreto que algo malo le pasó. – Objeté con la amargura en los labios.

– ¿Pero como es que sabes algo así? – Preguntó shockeada.

Le conté lo del mensaje. Su rostro palideció a cada momento que pasaba. No emitió ningún comentario inmediatamente terminé de relatar los sucesos de esa mañana.

– Simplemente es demasiado lo que me has contado. – Concluyó.

– Lo sé. – Dije. – Pero todo ha pasado así. Ahora solo nos resta esperar. Sus padres siguen haciendo todo cuanto esta a su alcance, lógicamente. Pero por el momento, no hay nada demasiado alentador.

Ambas nos mantuvimos en silencio, cada una hundida en la profundidad de su mente. Las palabras que intercambiamos desde ese momento fueron mínimas, pero no porque las cosas nos estuvieran bien entre nosotras, sino porque lo único que necesitábamos era la compañía de otra persona.

Elizabeth cenó conmigo. A pesar de que no tenía las mínimas ganas de comer algo. Por suerte, había algo de comida en la nevera, que generalmente se encontraba vacía. Aunque en los últimos tiempos, había comenzado a llenarla un poco por las visitas de Michelle.

Antes de que dieran las diez de la noche, mi vecina se retiró a su departamento, deseándome las buenas noches de una forma muy maternal, y besándome la frente.

Un flujo de gratitud me recorrió ante su cariñoso gesto.

No había querido ir hasta la casa de mis amigos porque ellos solo conocían a la Michelle que me había lastimado.

Se pondrían mal por mi dolor, pero no por ella o su familia. Quería superar esta etapa inicial, en la que todo era sombras, para luego poder reunirme con ellos nuevamente, y así contarles toda la historia. No es que fueran desalmados, sino que el concepto que tenía de mi amiga no era mismo que yo. A pesar de todo, a pesar de sus insultos, y todo lo demás, Michelle era mi amiga. Y todo lo que había pasado era algo que no se merecía.

Pero no podía sacarme de la cabeza la idea de encontrar a quienes habían echo eso. Aunque no tenía idea de donde comenzar a buscar...

La noche cayó con aplomo en ese día nefasto. Todavía estaba despejado, pero se podía sentir que el clima iba a cambiar de un momento a otro. La temperatura había comenzado a bajar, y las nubes se formarían en un abrir y cerrar de ojos. A pesar de eso, había alguna que otra estrella brillando en el firmamento. Las contemplaba desde la gran ventana de mi cuarto, estando recostada en mi cama.

Me hubiera gustado pedirles un deseo, implorarle a las hadas y a todas las criaturas mágicas que me ayudaran a cumplirlo. Habría sido maravilloso que un hada madrina se materializara y convirtiera en realidad mis aspiraciones.

Aunque solo tenía una.

Que ese día no hubiera existido jamás.

Me habría gustado despertar de nuevo esa mañana, y darme cuenta que todo había sido un terrible sueño. Mirar el móvil y no encontrar nada extraño en él.

Hubiera preferido un mensaje en el que Michelle me decía que todo había salido perfecto y que yo estaba equivocada.

Hubiera pagado con todo cuanto tenía por que las cosas fueran así.

Pero la realidad era distinta.

En ella, todo ya tenía un cause marcado. Ese día había sido real, y no podía hacer nada para evitarlo.

No pude llorar de nuevo, todas mis lágrimas habían desaparecido en esos tres días.

El viernes había llorado demasiado, y esa día también.

Era extraño darme cuenta de que siempre me había considerado una criatura esencialmente fuerte. No ruda, pero sí con la suficiente fortaleza como para no derrumbarse ante cualquier adversidad. Algo me decía que me había equivocado en ese juicio de mi misma.

Aunque tal vez todo era obra de las circunstancias. Quizás yo no era débil, sino que las situaciones eran simplemente demasiado.

Aclaró de nuevo, pero esta vez no brillaba el sol en el horizonte. Las nubes dominaban nuevamente todos los planos del cielo.

Me levanté de la cama, preocupada por las cosas que podrían esperarme ese día. Los padres de mi amiga no habían llamado, lo cual significaba que no tenían nada que decir. Ni bueno, ni malo.

Encendí el televisor de la estancia, y puse el canal de las noticias. En ese preciso momento, estaban pasando lo que esperaba ver.

La mujer del informativo relató:

“La joven Michelle Helen White, de diecinueve años, ha desaparecido en la localidad de Vanderbilt Hills, situada ocho kilómetros al norte de la capital estatal. La última vez que se la vio, fue en compañía de un joven de su misma edad, compañero de la universidad. Según transcurrió ayer por la tarde, White tuvo una discusión con el joven, cuyo nombre sería Steven Collins, y éste la habría dejado a su suerte en el poblado antes mencionado.

Sin embargo, el muchacho, que fue detenido ayer cerca del mediodía, pero liberado unas horas después ante la falta de pruebas que lo incriminen, declaró que ella misma abandonó el coche en el que ambos habrían estado volviendo hacía Juneau. Según su versión de los hechos, tuvieron una discusión un poco fuerte, por lo que ella no quería quedarse con él. Collins habría insistido para que entrara nuevamente en el automóvil, pero ante su negativa, el chico retornó hacia su hogar sin ella, que le habría dicho que tenía el suficiente dinero para tomarse un taxi.

Por el momento, la única prueba disponible sería una grabación, un mensaje que la muchacha desaparecida dejó en el contestador de una compañera de la universidad, cuyo nombre no ha trascendido por cuestiones de privacidad.

No obstante, los investigadores no han podido establecer cual sería la naturaleza de la desaparición, ni siquiera el lugar donde podría haberse efectuado la misma. Por lo que todavía no ha sido descartada la hipótesis de secuestro, ya que es demasiado pronto, y los posibles secuestradores podrían comunicarse de un momento a otro.

Por otra parte, una fuente cercana a la investigación, habría develado que la grabación antes mencionada, no aportaría esperanzas a la causa, ya que en ella se podría oír como alguien estaría sometiendo a la señorita White.

Son desconocidas las circunstancias en la que Michelle habría realizado el llamado, sin embargo, esto podría dar una pauta de a donde se encontraba al momento de realizar dicha comunicación.

Estando en medio de una situación tan delicada, tampoco ha sido desechada la posibilidad de una huída, pero dicha teoría tendría poco sustento, al menos por ahora.

Entretanto, el señor Kevin White, padre de la victima y abogado ilustre de la firma International Lawyers con sede en Alaska, ha difundido que cualquier persona que aportara una pista que permitiera el hallazgo de su hija, recibiría una recompensa de cincuenta mil dólares...”

Y entonces una fotografía de Michelle dominó toda la pantalla. Sonreía, y se veía absolutamente bonita en ella.

No podía seguir escuchando ni viendo nada más, apagué el televisor tan rápido como lo había encendido, y arrojé el mando a distancia sobre el sofá.

Toda la policía la estaba buscando, y los medios ya habían intervenido. La noticia se conocería por todo el país. Era de esperar que sucediera, siendo los White una familia tan reconocida de Alaska. Agradecí que mi nombre no hubiese sido mencionado, ya que mis padres y abuelos miraban continuamente las noticias, no solo las de Washington, sino también las del resto del país.

Tomé una ducha, algo que necesitaba. El agua no fue suficiente para purificar mi espíritu. Este seguía demasiado perturbado, pero por lo menos logró reducir algo la tensión de mis hombros.

Nunca había pensado realmente en la fragilidad de los humanos.

Sabía que lo eran, pero jamás en mis siete años y medio de vida, había entendido como correspondía ese concepto.

Un día podían estar, y al otro no.

Era una frase muy corta para incluir nociones tan profundas.

Pensé en Charlie, mi abuelo humano.

Una de las personas que más quería y a la que adoraba. Era un mortal, que envejecía día a día.

¿Cuánto tiempo más podría acompañarme en ese te camino?

En ese momento me di cuenta de algo.

La inmortalidad es un don que tiene una doble capacidad de enloquecerte y serte útil. Por un lado, esta ese camino, interminable, en el cual puedes aprender, vivir y disfrutar. Por el otro, están esas personas que solo podrán acompañarte unos pasos, para luego abandonarte, dejando su huella y un dolor que te sofoca, pero que no te destruye, pues la muerte jamás te alcanzará.

Cuando llegara el momento en el que esas personas, Charlie, Sue, y todos los queluites que desechen el espíritu lobo, abandonen mi camino interminable, me dolería, lo mismo o más que ahora, que Michelle había salido de mi vida.

Y entonces entendí porque Raphael y Malenne no se relacionaban con humanos. No lo hacían, como decían ellos, porque no les gustaran, sino por temor.

Ambos ya habían perdido demasiado a lo largo de su existencia. Sus padres, sus hermanos, sus amores. No querían caer ante la tentación de querer a un humano, porque no deseaban experimentar nuevamente esa sensación de perdida. Y tampoco eran lo suficientemente egoístas como para transformar a alguien.

Estaban atrapados en un círculo sin principio ni fin.

Me hubiera gustado decirles que me acompañaran a Forks, que formaran parte de mi familia, que fueran dos nuevos Cullen, pero eso no iba a pasar.

Ya éramos demasiados, y seguramente ellos se negarían. Además, once vampiros vegetarianos viviendo juntos, ¿Funcionaria?

Eso sin contar a mi Jacob.

Mi hermoso hombre lobo podía soportar, incluso apreciar a mi familia, pero ¿Haría lo mismo con Raphael y Malenne?

Algo me decía que no, especialmente a mi amigo vampiro. Estaba segura que no lo querría ni siquiera cerca. Malenne era demasiado adorable, quizás a ella no la rechazaría. Bastaba con cruzar unas palabras con la hermosa rubia como para quererla.

Además el preconcepto de los vampiros que tenían los licántropos había cambiado radicalmente en los últimos años.

Antes, se hubieran abalanzado sin dudar un segundo sobre cualquier inmortal que cruzara las tierras cercanas a La Push o a Forks. Ahora no era así. Se cercioraban completamente antes de atacar.

Pero eso no cambiaba nada. La ruleta ya estaba girando, solo necesitaba aguardar que número me tocaría.

Abandoné el cuarto de baño, y me vestí apresuradamente. Una camisa negra y unos jeans, con unos zapatos también negros.

Por la ventana, pude contemplar con detenimiento el clima que reinaba en el ambiente. El frío había vuelto, tal cual supuse la noche anterior. El viento se arremolinaba en las aceras, haciendo moverse las copas de los árboles con brusquedad. El día estaba particularmente inestable.

Crucé la puerta de garaje solo unos minutos después.

La tranquilidad no había vuelto a mí ser, y no lo haría por un buen tiempo, supuse. Pero esa emoción que sentía, era lo más cercano a ella que podía tener en ese momento. Dentro de ese caos, encontré un pequeño espacio donde situarme, aunque no tenía idea de cuanto duraría.

Seguramente, Raphael y Malenne asistirían a clases. No tenían pretexto para ausentarse. Llegué al campus, pero su convertible negro no estaba en el estacionamiento. Al mirar la hora en el móvil, me di cuenta de que en el ansia de salir del departamento, había partido casi veinte minutos antes.

Marqué el número de mi amiga, y esperé a que contestara.

– Nessie, ¿Cómo estas? Estuve preocupada por ti toda la noche. – Dijo ni bien contestó.

– Malenne, estoy bien. Solo que me quedé dormida y no pude llamarlos ni nada. – Contesté.

– Deberías haber venido a casa, se nota que no tuviste una buena noche. –

¿Cómo podía saber eso?

La razón era simple, me conocía muy bien.

– Eso es cierto, he tenido noches mejores. – Reí amargamente. – De cualquier modo, ya ha pasado. ¿Van a venir a la universidad?

– Estamos saliendo para allá. Raphael esta terminando de cambiarse. – Me informó.

– Perfecto, hoy ya no tengo la fortaleza para estar sola. – Dije.

– No te preocupes, en unos minutos estaremos allí. – Contestó mi amiga.

Su respuesta logró que me reconfortara. Era cierto lo que había dicho, ese día no podía estar sola. Necesitaba hablar con alguien.

Necesitaba hacerlo en ese momento.

Marqué en el móvil el número de Jake.

Hace mucho que no lo llamaba. Los acontecimientos me estaba dejando poco marguen para comunicarme con el amor de mi existencia.

Atendió, por suerte.

– Renesmee, amor. Cuanto tiempo sin escuchar tu voz. – Dijo.

– Lo siento, Jake. Todo aquí esta algo revuelto. – Confesé. Había decidido decir algo de la verdad. No era propicio ocultar las cosas que eran demasiado obvias. – Ha desaparecido una chica de la universidad, y todo es confusión.

– ¿Pero como ha pasado algo así? – Preguntó. – ¿Acaso Juneau no es un lugar seguro? – El timbre de su voz se tornó levemente asustado.

– No ha desaparecido en la cuidad, o en el campus. Es una historia larga, Amor. Según parece. – Dije, aunque era una mentira porque estaba completamente al tanto de todo. – La chica fue hacía Vanderbilt Hills, y alguien le hizo algo allí. – Relaté.

Me sentí mal al decir “la chica” como si fuera una desconocida, una más entre la multitud. Pero no quería que supiera que la conocía, eso habría generado una tensión innecesaria entre Jacob y los miembros de mi familia.

– Eso es terrible, Renesmee. – Se compadeció. – ¿Crees que sea peligroso estar por esa zona en estos momentos? – Inquirió.

– No lo creo, Pienso que es solo una fatalidad, no instituyo que haya algo más detrás de todo esto. La gente desaparece todo el tiempo... – Murmuré, intentando parecer indiferente, aunque mi estomago se retorció violentamente.

– No me gusta la idea de que estés allá si algo malo ronda Juneau. – Musitó mi prometido, preocupado.

– Los humanos no pueden lastimarme, tonto. ¿Acaso lo has olvidado? – Le recordé dulcemente.

Rió con un sonido casi imperceptible.

– Te extraño, amor. Cada día es más difícil. – Confesó.

– Pronto estaremos juntos de nuevo, amor. – Lo consolé. – Y antes de que te lo imagines, el año de universidad terminará y no nos separaremos más.

– Eso suena fantástico, Nessie. Te amo... demasiado.

– Yo también, amado mío. Recuérdalo siempre.

– Aunque nunca más de lo que yo a ti. – Dijo.

– Eso no es cierto. – Discutí.

Ambos reímos. O tal vez rió y yo logré un intento patético de una risa.

De cualquier como, no se dio cuenta.

Estuvimos hablando largo rato, hasta que me percaté de que estaba llegando tarde a mi clase.

– Te llamo más tarde, amor. Ahora tengo que entrar a la clase. – Le comenté. – Te adoro, cuídate mucho.

– Adiós, cielo. – Colgó.

Caminé con paso firme hacía el edificio dos, y entonces en ese momento vi a la ultima persona que debería haberme cruzado ese día.

Steven Collins caminaba por campus con total tranquilidad, como si fuera el dueño del lugar. En ese momento, giró hacía mi dirección, pero en lugar de ignorarme como hacía siempre, me dedicó una mirada de asco.

El gesto me sacó de mis casillas.

En ese momento, dejé salir toda mi frustración. El dolor, el miedo y la incertidumbre que se habían alojado en mi pecho, se convirtieron en una rabia corrosiva y sumamente destructiva. Sentí ganas de matarlo, unas ganas mucho más intensas que las que había tenido la ultima vez que estuvimos cara a cara.

No había mucha gente en el patio.

Nadie para ser exactos.

Fue un instante donde no me importó nada más que encarar a esa basura.

Me deslicé casi corriendo hacía él, pero manteniendo una velocidad humana.

Su rostro se desfiguró en una mueca que ya conocía, pues la había visto antes.

– Tú y yo tenemos que hablar. – Dije.

Lo tomé del brazo y prácticamente lo arrastré hasta la parte trasera de unos arbustos nevados, que estaban lo suficientemente crecidos como para que nadie nos viera. Lo hice apoyarse contra una de las gruesas ramas, que era lo suficientemente fuertes para soportar su peso.

– ¿Qué quieres de mí? – Balbuceó, aterrado.

– Lo sabes muy bien. – Murmuré con una voz contenida. – ¿Qué pasó con Michelle? ¿Por qué la dejaste abandonada?

– Tú no sabes nada, no tienes idea de lo que pasó. – Dijo con la voz llena de altanería.

– Claro que la tengo. Ella me dejó un mensaje en el móvil. ¿Eres consciente de que eres el único culpable de su desaparición?

– Yo no le hice nada. – Musitó desafiante, como retándome a que lo contradiga. – La policía fue a mi casa y ya me interrogó. No la dejé abandonada en la carretera, eso es mentira.

– No te creo, tienes muchas explicaciones para darme... – Hablé, esta vez con una voz más natural, pero que logró que Steven se asustara más.

– Tú no eres nadie, Cullen. Y deberías estar agradecida de que no te haya delatado como el fenómeno que eres. – Intentaba mostrarse confiado, estaba utilizando un tono ácido, que ocultara el miedo que realmente sentía.

– Yo, Steven, soy la amiga de la chica que abandonaste. No me vengas con el cuento de que tú no hiciste nada, porque sé la clase de persona que eres y hasta donde puedes llegar para conseguirlo. – Aclaré.

Me miró con sus ojos grises, hundiéndose en los recuerdos.

Aún no lo soltaba, tenía la sensación de que lo estaba sujetando con un poco más de fuerza de la que debería, pero no me importaba. Si le dolía, desde luego que se lo merecía. Eso y mucho más.

Era bastante mas alto que yo, pero en ese momento estaba sometido. Mis manos lo tenían fuertemente apresado. No se podía mover un solo centímetro del lugar donde lo mantenía parado.

– No estabas allí. No tienes idea de de nada. – Susurró.

– No quiero más mentiras. Sabes de lo que soy capaz, y te agradezco que no lo hayas difundido, porque en tal caso, hubiera tenido que matarte... – Musité taciturnamente, para que infundirle más temor. – A ti, y a cualquiera al que le hayas contado.

Eso hizo que descompusiera el gesto de nuevo.

– No eres capaz de hacerlo... – Murmuró.

– Eso no lo sabes... – Respondí, con el mismo tono desafiante que él había utilizado antes. – Estuviste muy cerca de morir la otra vez... demasiado.

Su rostro y todo su cuerpo comenzaron a temblar con gran violencia, por fin, se daba cuenta de la verdad con las que estaban envestidas mis palabras. Para mi sorpresa, me encontré a mi misma disfrutándolo.

Saboreando su debilidad.

– No me hagas nada... – Dijo, entonces. Ahora el pánico era completamente palpable en su voz.

En ese momento, sentí pasos a mis espaldas.

Alguien caminaba hacia nosotros.

Volteé, sin soltar a Steven.

Malenne y Raphael caminaban hacía mí, cautelosos y expectantes.

– Recién hemos llegado, nos retrasamos en la autovia... – Explicó Malenne, que no parecía sorprendida al encontrarme sometiendo a Stev. Su semblante estaba sereno, lo mismo hubiera sido si nos sorprendiera hablando tranquilamente. – ¿Por qué estas con él aquí?

– Por su culpa Michelle desapareció... – Relaté. – La dejó abandonada en la carretera, y por eso alguien le hizo algo malo... – La voz se me quebró.

– Lo hemos visto en las noticias de esta mañana. – Dijo Raphael.

– Yo no he hecho nada malo... – Repitió por enésima vez Steven.

– Estas mintiendo... – Sentenció mi amigo.

Su mirada estaba levemente desenfocada. ¿Estaba mirando en su mente?

Malenne observó a su hermano atentamente.

– ¿Es cierto eso, Raphael? – Preguntó.

– Tiene miedo, y no esta diciendo la verdad. – Prosiguió. – La abandonó. La obligó a dejar el coche, y volverse sola a casa, aunque sabía que el lugar era peligroso.

El rostro del mortal se contrajo nuevamente. Era un miedo diferente a los anteriores. Uno que calaba mucho mas profundo en su mente.

– ¿Cómo fuiste capaz de hacer algo así? – Lo acusó entonces Malenne, indignada.

Steven ya no contestó, el pulso de su corazón había comenzado a acelerarse, sin duda por todo lo que había pasado en el último minuto.

– ¿Qué son? – Preguntó entonces. – ¿Acaso son fenómenos igual que ella? – Dijo mirándome de nuevo.

– Mala elección de palabras... – Murmuró Raphael, adelantándose hacía donde estábamos el chico y yo.

Raph era bastante más bajo que Steven, sin embargo, al estar uno en frente del otro, pude percatarme de que el humano estaba completamente aterrorizado. El dorado de los ojos de mi amigo no había cambiado de color, pero su mirada era muy diferente.

Más oscura y siniestra de lo que hubiera podido ver antes.

– ¿Nadie te ha dicho que a las mujeres hay que respetarlas? – Preguntó entonces el vampiro.

Steven no contestó. Sus ojos estaban clavados en el rostro de mi amigo, pero no de una forma que pudiera dar a entender que le estaba prestando atención.

– Eres una mala persona... – Afirmó Raphael. – Nadie merece lo que a esa chica le ha pasado...

El vampiro tomó mi mano y la retiró del humano.

Él mismo tomó prisionero a Steven.

– ¿Tu crees que el mundo esta lleno de gente que vale menos que tú...? Te enseñaré ahora mismo lo poco que significas para nosotros... – Estiró su brazo, y tal cual como yo lo había hecho alguna vez, Stev quedó suspendido en el aire, solo sostenido por la mano derecha de mi amigo. – No eres más que basura, inservible y fácilmente desechable...

– Suéltame, imbecil. Suéltame y veremos quien es la basura cuando te golpee tanto que no te vas a reconocer... – Amenazó, forcejeando para liberarse.

Malenne, que no había dicho mucho desde que ella y su hermano llegaron, rió ante el comentario.

– ¿De verdad crees que puedes contra nosotros? – Preguntó cínicamente. – No te has dado cuenta, mortal, que no estamos a tu alcance...

– ¿Mortal? – Inquirió Steven.

– He dicho eso... – Confirmó la vampiresa.

En ese momento me entró pánico a mí también. Raphael y Malenne estaban revelando más información de la que era necesaria, no estaba bien que lo hicieran, a menos que...

Tuvieran intención de matarlo o... ¿Qué?

– Chicos... – Susurré entonces. – Creo que ya lo hemos asustado lo suficiente.

– Yo creo que no, Nessie. – Me contradijo Raphael. – ¿No te das cuenta de que a pesar de que lo hemos hecho confesar, eso no cambia nada? No tuvo nada que ver con la desaparición de tu amiga, de alguna forma tiene que pagar por su error.

– No debes jugar así con la gente, Steven Collins. – Dijo mi amiga. – Porque algún día, alguien puede llegar y hacerte exactamente lo mismo, o incluso algo peor. – La amenaza estaba implícita en cada una de sus palabras.

– Chicos, basta. – Repetí.

– No, Nessie. – Respondió Malenne. – Yo le voy a dar la lección de su vida, la que nunca va a olvidar. Le voy a enseñar como debe tratar a una mujer...

Y dicho esto, la vampiresa se deslizó hacia el humano, luciendo tan hermosa como aterradora. El dorado de sus ojos, que siempre me había parecido sumamente angelical, se había tornado turbio, incluso diabólico. El gris de la mirada de Steven se empañó, sin duda percibiendo que ese juego no iba a ser tan divertido como los que estaba acostumbrado a jugar.


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45 comentarios:

Fran Sazo dijo...

Pabli, estupendo capitulo, ves qe aunqe no tenga Net no es una complicacion para leer tu magnifico Blog!!
Estuvo buenisimo, espero le den una buena lección eça ese imbecil.
Cada día me sorprendes más, espero con ansias la llegada de mis adorados Cullen!
Felicitaciones Pabli, sigue así qe eres grandioso en lo qe haces!
Fran

Anónimo dijo...

Me encanta!! que le hará malenne?? no puedo esperar por leer el proximo capitulo

Anónimo dijo...

emocionante capitulo.... pero que les paso a esos vampiros que se les ocurrio revelar el secreto... ohhhhh... quede mas intrigada que el capitulo anterior... pero esa buenisimo... eso si, no se si fue por las ansias pero lo encontre un poquito corto....

Anónimo dijo...

X DIO5 NO M3 PUEDE5 D3J4R ASI ..ES FRUSTR4NT3 SPER4R TANTO.......MMMMMMMMMMM NOSE PRESIENTO ALGO MUY MALO VA A PASAR........ESPERO K MALENE LE ORDENE OLVIDAR A STEVEN LA REVELACION K ACABAN DE HAC3R............FELICITACIONES PABLI MUY WENO TU TRABAJO MAS BI3N EXELENTE...

eliana jurado dijo...

ohhhh por dios no me lo puedes cortar asi
estuvo muy bueno , muy entretenido
basicamente me encanto , espero que steven confiese lo que hizo con michell ,
Pablii te felicito por como escribis me enca tu forma de relatar las cosas , pero me gustaria que no tARDES UNA SEMANA !!!

soldier_down@hotmail.es dijo...

recien me entere de este blog voy en el capitulo 5 y debo decir que es casi = de maravilloso que la saga de Twiligth kisas un 90% tan bkn... mmm iba hacer un par de criticas pero... no, no creo q sea muy apropiado, ya que, todos alagan a este escritor, yo creo que vas bn encaminado a ser escritor... tengo una pregunta... de cuantos capitulos sera "ocaso borreal"???

Anónimo dijo...

una idea... deberias describir mas fisicamente a los personajes... para poder imaginarlos tal komo tu lo haces!!!... Lo otro imprimi los primeros cinco capitulos ya que al igual que tu estoy con el net maloy hay barrias faltas de ortografia... o kosas aunq son pekeñas..es lo uniko q deberias reforzar en tu magnifico libro ... Saludos a colombia

Anónimo dijo...

Guau cuando ví que ya estaba publicado el capitulo pense que por fin terminaría la intriga de lo que pasó con Mishell, pero ahora que acabo de leerlo me he quedado pero que al principio jaja.. Espero ansiosa la próxima publicacion... Bss Pabli..
Pao Sánchez

Anónimo dijo...

Wow.....pense q este capitulo diria q paso cn michelle pro me dejo cn mas suspenso...escribes genial....y ya espero el prox capitulo .....sigue asii

Valee

Anónimo dijo...

Noooooooooooooooo!! sigue!! no puedo esperar para el otro viernes !!!! O.O quiero maaaaaaaassssss!!! eres genial!! bn hecho a ese tipo x hacerle cosas malas a las personas!!! ojala lo maten por mala genteee!!!!

Jessi!!

Agus dijo...

NO POR DIOS LO ÚNICO QUE PUEDO DECIR ES QUE NO PUEDO ESPERAR CUANDO ESPERE HASTA ESTE CAPITULO FUE TODOS LOS DÍAS VISITAR LA PAGINA Y HACIA HASTA EL PROX VIERNES NO LO PUEDO CREER!!!!!!!!!! LA INTRIGA ME MATA! ush ush ush yo quería que michelle este viva aunque claro yo creo que en el otro cap quedo muy claro que no... aunque para mi ella ahora es neofita osea, tiene sentido BUENO ME ENCAAAAAAANTA LA NOVELA ES LO MAS Y ME RECONTRA ENGANCHE jaja muy buena saludos!

Unknown dijo...

Waa..!! Te quedo genial el capi.. Estuve desesperada e intrigada mientras leia el capitulo... No dures tanto para subir el otro xfis..!! Que todos estamos deseosos de saber que fue lo que paso con Michell y que hara Malenne con Steven..!!! Ers un genio scribiendo Pabli... XD

Anónimo dijo...

aaayyy me matasteeeeee, estoy emocionada por saber que paso... no puedo creerlo... por fis se que ahces lo posible pero no t demores tanto que nos tienees en ascuas! jejeje esres el mejor! pabli... = )

valitaunseen dijo...

Hola Pabli! :D
Por fin algo de acción y con un toque sádico en contra de ese animal de Steve jajaja...
Pobre Nessie, al sentirse tan triste por Michelle :'(
Y Raphael con Malenne me encantaron en la última parte :P qé irá a pasar?? lo sabremos la próxima semana :)
Cuidate ^_^ y sigue así...

Anónimo dijo...

que paso????..rayos ahora me has dejado frustrada no solo por no saber que paso con michelle..sino por saber que hicieron los hermanos blanquarts al miserable de steven...Dios!!!! que incertidumbre...porfa pabli...no nos hagas esperar mas hay mucho suspenso......
zuper el capitulo me encanto tienen mucha accion...pero ya quiero saber que pasa????.....
sera esperar hasta la proxima semana...pabli cuidate....recuerda k se te kiere full...
nohemi alvarez

Taty dijo...

ahhyyy me encanto,estuvo genial pero creo que lo lei en tan poco tiempo que lo senti recorto... yo quiero saber que le paso a la pobre de michelle y que pasara con el tonto de steven... me dejaste muy mal... yo quiero mas!!! no te demores tanto por fis pabli... en fin te repito eres magnifico, sigue asi y wow vas a llegar lejos, escribes muy bn... un beso y cuidate.
pd: me encanto que incluyeras a jake en el cap... yo te lo pedi anteriormente y ps claro que no lo hiciste por eso pero de todos modos grax!!! amo a mi hombre lobo!!!
un beso...

Anónimo dijo...

OMG OMG OMG !!!.. pablii no nos dejes asii !!!.. tanto suspenzooo !!!
q le ira a acer Malenne !! ojala le de la LECCION DE SU VIDA a ese cretinoo !! :@
es un verdadero imbesil ese Steven.. grrr...
buenO.. ante todo ..
SUPER BUEN TRABAJO PABLI.. scribes super bn !! deberiias ser escritora official (:

by miizhii♥ (:

Mica dijo...

por donde empezar... Ame el capitulo, pero se me hizo algo corto... (no es tu culpa es que ayer me lei un libro de 350 pgs en un solo dia)
Lo que Ralph y Mellanie estan haciendo esta mal, era nessi la qe debia matar al flaco ese, o no matarlo, torturarlo. pero por qe ella quisiera, ahora va a guardarles cierto rencor a sus amigos por no haberla escuchado y haber ido demasiado lejos, dejaria de confiar plenamente en ellos y creo que no es la idea.
mmmm, ya te dije, michie no tendria que estar muerta. tendria que estar calmando su ataqe _____, pero no muerta o VAMPIREZA? mmm nose nose, muchas cosas se me vienen a la mente.

no comente antes por que mi mama esta en estado pos operatorio. algunos tienen sufiente con sus madres en estado normal, imaginate en pos operatorio! ni siquiera termino de cerrar la puerta que ya me esta diciendo la lista de cosas que quiere qe haga, y a cada rato: ¿me traes agua? ¿me haces la planchita? y la que fue mortal fue ¿me sacas el esmalte y me pintas las uñas de los pies? (hace frio, ¿quien carajoo te va amirar las uñas de los pies?) en sintesis era que no me dejo leer tranquila u.u

AHH antes qe me olvide, tube una idea.

raph se esta enamorando de nesii?
nessi se esta enamorando de raph y esta imprimada por jacob?
jacob imprimo a nes?
LA solucion.

T R I O ;)

Anónimo dijo...

next ... next.... URGE!!!!!
pasa k ara??????
ojala k se lleve un buen susto
k recuerde siempre jeje XD

URGE!!!!

Anónimo dijo...

muy muy muy bueno de verdad ya queiero leer el siguiente...

vivi denali dijo...

esta fascinante de verdad y la espera bien vale la pena pabli felicidades

GRIS dijo...

OTRO MAS ....... OTRO MAS NOS DEJAS CON LOS DIENTES LARGOS PARA EL PROXIMO CAPITULO....

Maddie dijo...

Wooow! Si qe valio la pena sperar, y el d la proxima semana seguro qe tambn habra valido la espera ^^

Bueno no creo qe ellos sean kpacs d matar al pobre Steven, aunqe el se haya comportado cmo un idiota, malcriado & egoista qe cree qe el mundo gira a su alrededor... Tal vz Malenne le pueda borrar la memoria cn su don e.e'

Qee bueno qe hoi aparecio Jake ^^ Spero cn ansias la llegada d los Cullen & Jake en la historia *----------------------*

Catherin dijo...

Hola Pabli es un capitulo genial!!!
pobre Michelle que le habra pasado? o mejor dicho quien? bueno espero que el misterio se aclare pronto.
Entiendo porque te demoras una semana en subir el capitulo y creo que eres un gran escritor y que un dia te vas a ser muy famoso por tu trabajo(aunque creo que ya lo eres :D)
Espero con ansias el proximo XOXO

Sary Madera dijo...

Esta historia esta cada vez mejor...!!
Pabli espero con muchas ganas el próximo capitulo, espero que no termine mal Michelle...
Besitos y felicitaciones...!!

Anónimo dijo...

me encanto pero sthepenie meyer no lo habria escrito asi no hubiera pasado eso nunca lo hubiera puesto asi porque ella nunca habla del secreto ni ahunque alla un vampiro con el don de hacer q olviden todo lo q paso entonces tenes q segir con la misma linea narrativa esta muy bien pero esa es la unica queja lo otro me fasina nada mas eso y ya quiero q se valla a forks asi sigue su istoria co jack lo otro me facino es decir esta buenisimo lo q paso con steven collins pero no es como decis al principio q tratas de siguir con la misma linea nañarrativa q con los libros de sthepenie meyer

Soy El Panda G y G dijo...

me encanto pero espero que no tardes mucho en publicar el siguiente que se que me encantara aun mas!!

Anónimo dijo...

porfavor publico pronto el proximo capitulo se nota que va a estar emocionante

Anónimo dijo...

una pregunta cuando vas a publicar el proximo capitulo?

Anónimo dijo...

Muy bueno como siempre!! .. cada vez son mejores lo capitulos :D .. pobre Nessie, esta sufriendo mucho :( .. y me sorprendio esa faceta de Male y Raph.. pero ese hdp de Steven se lo merece! .. como va a dejar a la pobre chica abandonada en la calle? mas lo qe le habia echo a Ness.. no me cae bn jaj

bueno pabli.. segi asi! me encanta lo qe escribis! :) un beso..

Anónimo dijo...

Aaaa!!!
Genial pero me dejaron totalmente empezada
que hará Malenne con ese!!!
Deberias poner 2 capitulos por semana enserio

Anónimo dijo...

Pabli por favor publica ya el siguiente capitulo me muero de ganas de leerlo me encanta lo que escribes Ocaso Boreal es lo maximo

Anónimo dijo...

muy buenos los capitulos...pero tengo muzhisisisima intriga con lo que pueda pasar ness con raph...sigue asi pabli eres muy buen escritor
saludos!!!

Jesica dijo...

Quiero leer ya el siguiente capitulo!!!! no se si leerás todos los comentarios pero , si lo haces , podrás notar que leí los 16 capítulos en 3 días! 4 días me tomo leer Amanecer!!!Comento esto para que te des cuenta de que de verdad es excelente lo que escribís. De verdad me atrapo totalmente la historia! mis sinceras felicitaciones!

Anónimo dijo...

awwww!!! deseperada por leer el proximo capitulo !=D
pabli gracias es increibe ;)
cuando publicaras el proximo ?

katty dijo...

me encanto *-*
ese steven es de lo peor ¬¬ ¿cuando subiras el proximo cap?

elizabeth dijo...

guaoooooooo estubo estupendo el capitulo muy espelusnante y aterrador, quiero saber ya q le van a hacer a el estupido de steven,supongo q malee solo esta asustandolo pero me conformaria con q al menos le partiera un brazo.........jajajaja.pabli felicidades estubo buenisimo......

Unknown dijo...

mmmh seria como muy fome que lo matarn...yo creo que lo hacen olvidar pero lo dejan bien asustado...quizas sacarle algo de informacion...¿podra ser posible que aun encuentren a Mich no tan mal?

http://desolydelluvia.blogspot.com/

lai!! dijo...

Me gusta mucho la historia!esta muy copada.Entrá al mio que también es continuación de amanecer:
www.lfleisman.blogspot.com y la continuación de este es www.sagasolsticio.blogspot.com

Anónimo dijo...

esta genial, no podescortar un capitulo haci y dejarnos con la duda de que pasara...
cuando vieneel proximo capitulo?

Anónimo dijo...

hoy viernes por la tarde llega el capitulo nuevo

Isabel Ng Wu dijo...

:o dios!!!
Melanne lo kiere morder...
Este fue un capiitulo genial y de muchas aventuras!!!
:D
Me encanto!!!
Felicidades pabli

Anónimo dijo...

la verdad pense q nessi hiba a buscar a su amiga pero me gusta como ba la trama de la historia y pues me llega ver la parte sensible humana de nessi y tambien en este mismo capitulo bemos su parte salvaje cuando agarra a steven y pues los hermanos vampiricos ellos si son de temer..y me haaa encantado q hayan mencionado a jake aunq sea q se hayan hablado por telefono..jeje gracias pabli..lyon

lisy dijo...

Me gusto como Nessie se abrazo a la hermana de Michelle al comprender su sufrimiento y decidio quedarse con ella para acompañarla. Usualmente nadie repara en los niños cuando se pasa por una pena de esas,o creen que ellos no sienten igual.
No se te paso ese detalle Pabli.

Besos y abrazos con cariño,

LISY

Anónimo dijo...

ayyy se asusto el invecil se stiven se lo merecia tonto ese...kt